El PSOE será "implacable" con quienes se opongan a entregar el Gobierno a UPN
Dirigentes críticos del PSN se sienten "engañados" y piden la dimisión de Puras y Chivite y un congreso extraordinario
Sólo un día después de la trascendente decisión de la ejecutiva federal del PSOE de ordenar a los socialistas navarros que se preparen para facilitar el Gobierno a Unión del Pueblo Navarro (la fuerza aliada del PP en la comunidad foral), los problemas han empezado para la cúpula del socialismo de Navarra. El sector crítico con su secretario general, Carlos Chivite, y por añadidura con el candidato a la presidencia del Gobierno, Fernando Puras, que parecen resignados a acatar las instrucciones de Madrid, se apresuró ayer a pedir la dimisión de ambos por haber conducido al PSN y a sus votantes "a la máxima decepción". Los críticos con Chivite -que ya lo eran antes de la frustrada negociación con NaBai e IU- sólo ven como camino un congreso extraordinario "a medio plazo".
Pues bien, si la dirección federal del PSOE tomó el viernes la decisión de apoyar la investidura de Miguel Sanz (líder de UPN, la fuerza más votada el 27-M), también está decidida ahora a tomar las riendas para atajar cualquier conato de indisciplina contra la ejecutiva navarra. El secretario de Organización, José Blanco, extenderá un manto protector sobre Chivite y Puras frente a toda suerte de indisciplina o levantamiento contra ellos, según aseguran fuentes de la dirección socialista. Blanco afirmó ayer a este periódico que la ejecutiva federal "será implacable ante cualquier ataque a los compañeros Chivite y Puras, como a toda la dirección del socialismo navarro". Y añadió: "No vamos a consentir que se cuestione a estos compañeros y, por supuesto, tampoco que se intente alterar la decisión que tomó esta ejecutiva".
Con los estatutos en la mano, la ejecutiva federal tiene toda la potestad para decidir la política de alianzas en la formación de Gobiernos autónomos, y también para abrir expedientes disciplinarios y, en su caso, sancionar a los militantes o dirigentes navarros que se opongan activamente a la decisión tomada por la ejecutiva que preside José Luis Rodríguez Zapatero.
Los interlocutores de la ejecutiva federal consultados precisan que, una vez que se ha llegado al punto de desautorizar la "propuesta" del PSN de formar gobierno con NaBai e IU, ahora no van a dejar a "los pies de los caballos" a quienes tienen que ejecutar la orden en el Parlamento de Navarra, es decir, Carlos Chivite, singularmente, y también el candidato Fernando Puras, que deberá estar al frente del grupo parlamentario y hacer el discurso en la investidura de su adversario Miguel Sanz. La situación para ambos no es nada fácil y en Madrid lo comprenden. Puras y alguno de sus colaboradores viven la incomprensión en todas las direcciones: en Navarra y en Madrid. Quizá por eso, Zapatero telefoneó a Puras el viernes pasado, poco después de que se produjera la reunión en Madrid en la que la ejecutiva comunicó a Puras y Chivite que no aceptaban su propuesta de pactar con NaBai. Zapatero estuvo muy afectuoso con Puras y le agradeció los intentos que había hecho por situar al PSN en el centro de la política navarra.
Pero la amenaza de crisis es latente. Por eso Blanco lanzó un mensaje de dureza ante los que piden dimisiones. Lo hizo Helena Berruezo, miembro del comité regional y del comité federal del PSOE, quien dijo que dentro del partido hay "una decepción absoluta" y "nos sentimos absolutamente engañados". También los miembros de la ejecutiva regional José Luis Uriz y Ramón Jiménez. Uriz señaló lo siguiente a la Cadena SER: "El partido está muy disgustado y muy decepcionado, aunque va a acatar la decisión de la ejecutiva federal. Pero a medio plazo hay que plantear una alternativa: o alguien toma responsabilidades o podemos estar abocados a un congreso extraordinario antes de final de año, porque la sociedad navarra no va a entender que nada cambie en el PSN". Uriz añadió, ya en declaraciones a Efe, que el viernes hubo una reunión de un grupo de compañeros "enfadados", como él. Aún así, hizo "un llamamiento a la tranquilidad" para que no se tomen "decisiones producto de la mala leche, como la de romper el carné o hacer un nuevo partido, como algunos querían". Ramón Jiménez aseguró que dimitirá "el día en el que Sanz sea proclamado presidente de Navarra". Todas estas manifestaciones conllevaron la advertencia de Blanco: "La ejecutiva federal no va a permitir que se produzcan críticas a la dirección del PSN por asumir una decisión que obliga a todos los miembros del partido, no sólo a sus dirigentes".
Además, el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, en su calidad de miembro de la ejecutiva, ha conversado con Juan José Lizarbe, uno de los 12 parlamentarios socialistas navarros y en los últimos días cabeza de la disidencia, para pedirle que tenga una actitud responsable. Álvaro Cuesta, responsable municipal, ha hecho lo mismo con varios alcaldes navarros.
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