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China sufre las peores inundaciones de la década

China vive este verano las peores inundaciones del último decenio, que han costado más de 500 vidas, según aseguró ayer la Federación Internacional de la Cruz Roja. Los medios de comunicación chinos afirmaron que han muerto 652 personas a causa de las lluvias, los relámpagos y los deslizamientos de tierras, en una sucesión de desastres naturales que los expertos del país asiático han ligado al calentamiento global del planeta.

La Cruz Roja, que ha hecho un llamamiento para recaudar 5,7 millones de euros en ayudas, asegura que se han visto afectadas 200 millones de personas, de las cuales 400.000 se encuentran en situación especialmente vulnerable. El Gobierno chino da una cifra inferior -119 millones de personas-, y calcula que han sido dañadas y destruidas 452.000 casas, principalmente en el sur y en el este del país. Alrededor de cinco millones de personas han sido evacuadas.

El tiempo no tiene visos de mejorar, de momento. "Se esperan nuevas precipitaciones acompañadas de inundaciones, relámpagos y corrimientos de tierras en los próximos días", ha advertido la organización humanitaria con sede en Ginebra. Algunos diques en los afluentes del río Huai -donde el nivel del agua lleva tres semanas por encima de la línea de alarma- corren el riesgo de derrumbarse. Alrededor de 270.000 personas han sido movilizadas en las provincias de Henan, Anhui y Jiangsu para luchar contra las inundaciones.

Durante el verano de 1998, murieron en China a causa de las lluvias 4.150 personas, especialmente en la cuenca del río Yangtsé, el más largo del país; 240 millones se vieron afectadas por las crecidas de las aguas y 14 millones se quedaron sin refugio. Fueron las peores inundaciones desde 1954, cuando hubo 30.000 muertos.

Los expertos chinos aseguran que el cambio climático producido por los gases de efecto invernadero procedentes de fábricas, automóviles y granjas está provocando fenómenos atmosféricos más violentos. "La frecuencia y la intensidad de fenómenos extremos se están incrementando. Los récords de precipitaciones de lluvia, sequías y olas de calor se rompen cada vez más a menudo", ha afirmado Dong Wenjie, director del Centro para el Cambio Climático. "Esto está estrechamente ligado al calentamiento global".

La ciudad de Shanghai registró el domingo pasado la segunda temperatura más alta de su historia, con 39,6 grados centígrados, y se espera que esta situación continúe toda la semana. Los elevados registros han puesto al límite el suministro eléctrico y de agua de la capital económica y financiera china, según la prensa local. Los truenos y aguaceros se repitieron ayer durante todo el día en Pekín.

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Pero mientras en algunas regiones las lluvias anegan campos de cultivo y viviendas, otras viven una situación opuesta. El norte y noreste de China sufren la peor sequía de las últimas dos décadas, según la Administración Meteorológica.

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