"Uno de los nuestros"
Bahamontes y Perico se reconocen en Contador, en la línea de los grandes escaladores españoles, e Indurain destaca su habilidad en el pelotón
"¿Para qué creó Dios los Pirineos?", se pregunta Christian Laborde, escritor apasionado del ciclismo. "No, no fue para separar Francia de España, como muchos creen, sino para diferenciar a los escaladores de los rodadores, los ciclistas españoles de los demás". Y durante muchos años tan verdad fue esta afirmación que todos los españoles que triunfaban en el Tour, que lo ganaban, como Federico Martín Bahamontes, Luis Ocaña, Perico Delgado, eran escaladores de largas piernas y enjutos cuerpecitos. Y saltando a Indurain y sus cinco Tours, como Alberto Contador ahora, otro castellano -aunque de sangre extremeña- otro escalador moreno que se reencuentra con la tradición.
De él, de Contador, de su Tour, hablan los míticos. El primero, Miguel Indurain (Villava, 1964), precisamente. La excepción. Un ciclista grande, un rodador que llegó a tener el récord de la hora y que logró domesticar su gran cuerpo, su apetito y su peso para convertirse en un corredor que devoraba los puertos de montaña a un ritmo regular, constante y elevadísimo. Un ciclista que, además, desarrolló un buen ojo para discernir, para saber qué jóvenes tienen clase y talento.
Bahamontes: "Que no se preocupe demasiado por la contrarreloj. Con experiencia se mejora"
Perico: "No veo a nadie en el panorama internacional que pueda estar a su altura"
Contaba Claudio Mantovani, el fabricante de los maillots Nalini, que hace tres años, en una Vuelta a Valencia, todo el mundo se deshacía en elogios hacia el murciano Alejandro Valverde, que había ganado, pero que Indurain se le acercó y le dijo: "No te engañes, Claudio; no te quedes sólo en Valverde, fíjate en ese chaval que ha quedado quinto, ése va a ser muy bueno, vas a oír hablar de él muy pronto". El gran campeón navarro hablaba de Alberto Contador, que entonces tenía 21 años. Ayer volvió a hablar de él, de un español que ganaba el Tour 12 años después de su quinta gesta en París. "Me gusta Contador porque es muy buen escalador y no se defiende mal en contrarreloj, aunque tendrá que mejorar", dijo el navarro ganador de cinco Tours. "Y me gusta también mucho porque sabe estar en el pelotón, se mueve muy bien en las etapas llanas, en los días intermedios. Ahora que le ha cambiado la vida habrá que ver cómo cambia él, ver si sabe llevar la responsabilidad para los próximos años tan joven como es".
Asimismo, el navarro quiso defender un deporte que ha dado muchas glorias a España, y en el que lo importante "es que el espectáculo se dé en la carretera y no fuera de ella". Por otra parte, Indurain agradeció la emoción que se vivió en la contrarreloj del pasado sábado. "Eso es lo que hace falta para que la gente se enganche al ciclismo", finalizó el campeón español.
Federico Martín Bahamontes (Toledo, 1928) fue el primer español en ganar el Tour. La hazaña se produjo en 1959. Fue segundo en 1963, tercero en 1964 y ganador del premio de la montaña en seis ocasiones, otra especialidad española inaugurada por el torrelaveguense Vicente Trueba en 1933 y seguida por Julián Berrendero (1936) y Julio Jiménez (tres veces, entre 1966 y 1968). Bahamontes ha seguido esta volcánica edición del Tour desde su casa.
"Contador es un escalador nato", dice el Águila de Toledo. "Recuerda al ciclismo de antes porque es un corredor que no se conforma con atacar en el último kilómetro como los ciclistas que hay hoy en día. España siempre ha sido tierra de escaladores y Contador encaja en ese tipo, por sus piernas largas y su alegría al subir los puertos. Es un chico que en los próximos dos o tres años ganará el Tour sin problemas, aunque en éste haya estado bastante ajustado". "Desde mi punto de vista", agrega Bahamontes, "se equivocó el día que ganó en Plateau-de-Beille, porque, en lugar de ir a por la etapa, debería haberse preocupado más en distanciar a los contrarrelojistas. Debe potenciar su equipo con dos o tres buenos corredores en cada especialidad. Que no se preocupe demasiado por la contrarreloj, porque es una disciplina en la que se logra mejorar con la experiencia, y que en montaña ataque desde abajo porque es donde se consiguen las diferencias más importantes. El ciclismo necesita ciclistas de este estilo".
Pedro Delgado, (Segovia, 1960), se adjudicó la edición del Tour de 1988. Fue segundo en 1987 y tercero en 1989. Ha seguido el Tour como comentarista de TVE. "Contador es un corredor muy completo con mucha alegría en su pedaleo. Como persona le veo muy equilibrado, con la cabeza bien puesta y eso es muy halagador para una persona tan joven y con tantas perspectivas de futuro", subraya el segoviano. "Todo corredor que es un escalador como lo fui yo, Julio Jiménez o Bahamontes, ha dado mayores alegrías porque el espectáculo del ciclismo siempre está en la montaña, aunque también es bueno que a los escaladores se les pongan dificultades para que sea más difícil lograr una victoria. El ciclismo español con Alberto Contador recupera su leyenda de buenos escaladores; Contador lo es y además tiene mentalidad atacante, y valentía. Y todo ello tiene un valor mayor por parte de un ciclismo que está excesivamente controlado por los directores. Por eso es una alegría encontrar a un corredor con esa actitud, porque se hace más agradable ver ciclismo y nos ayuda a recuperar un estilo que parecía olvidado. Puede ser el ciclista que marque una época, no veo a nadie en el panorama internacional que pueda estar a su altura. Va a marcar una época o va a ser esa referencia a nivel internacional porque es un corredor joven que anda como nadie en la montaña y se defiende muy bien en la contrarreloj. Todavía está en proceso de aprendizaje y de formación física, eso seguramente es lo mejor".
Oficialmente, el gallego Óscar Pereiro jamás ha ganado un Tour, aunque para muchos le corresponde el maillot amarillo de la edición de 2006, en la que el primero en París, el estadounidense Floyd Landis, dio positivo. Pero Landis ha enredado al Tour en un jeroglífico judicial y la organización de la carrera gala mantiene desierto el primer puesto del podio de 2006. "Hoy no quiero hablar de lo mío porque es el día de Contador y lo mío puede esperar. Lo que pasó en 2006 es una injusticia, algo que nadie entiende, pero es así. Contador y yo hemos hablado mucho, ha venido a pedirme consejo para todo lo que yo hice mal para no repetirlo. Pero él tiene una cabeza más asentada que yo y va por el buen camino".
A nivel particular, Pereiro se mostró satisfecho con su rendimiento general en la carrera francesa. "Llevo cuatro años entre los diez primeros y eso no hay nadie en el pelotón que pueda decirlo, es un premio a la regularidad, quiere decir que estoy con los mejores. Este año no he cumplido los objetivos, pero dadas las circunstancias de carrera estoy satisfecho", concluyó el corredor gallego.
Su compañero de equipo, Alejandro Valverde, que partía como uno de los favoritos, enfatizó: "Lo más importante es que me llevo un enorme aprendizaje en este Tour y una gran confianza para regresar y luchar por un podio y, por qué no, por el maillot amarillo".
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