San Sebastián adelanta a las otras capitales en la utilización de biodiésel en los autobuses

Hace tres años que los ayuntamientos de las capitales vascas empezaron a poner en práctica el principio de movilidad sostenible en los autobuses urbanos. Desde entonces, unos han avanzado más que otros. El 100% de la flota de la Compañía del Tranvía de San Sebastián utiliza biocombustible desde hace ya dos ejercicios. Por detrás se sitúan Vitoria, que lo usa en el 67% de los vehículos de Tuvisa, y Bilbao, donde el porcentaje baja al 42%. Las tres ciudades miran al futuro con planes para avanzar en un transporte público menos contaminante y más respetuoso con el medio ambiente.

El biodiésel se fue colando como parte del alimento de los autobuses donostiarras de manera progresiva pero rápida. La Compañía del Tranvía de San Sebastián empezó a experimentar en 2004 con este biocombustible en dos vehículos. Poco a poco fue aumentando el número, de manera que al año siguiente ya los utilizaba toda la flota, que hoy suma 107 autobuses.

El porcentaje de aceite reciclado que se mezcla con el gasóleo para crear el biocombustible también ha ido variando. La capital guipuzcoana, que se nutre de la planta que Bionor tiene en la localidad alavesa de Berantevilla, empezó con un 5%. Luego fue subiendo hasta estabilizarse en el 12% actual, según explica el gerente de la compañía municipal, Gerardo Lertxundi. "A partir de una mezcla del 5% ya se considera biocombustible", aclara.

Ahora se están haciendo pruebas en algunos autobuses con una mezcla del 20%, que espera que se extienda a todos los vehículos a lo largo de este ejercicio. Y en el plazo de cuatro años aspiran a que el combustible de parte de la flota sea 100% biodiésel. Pero "hay que ir actuando con prudencia", advierte Lertxundi, analizando cómo responden los filtros y el motor. O cómo afecta el biocombustible al consumo y el cambio de aceite.

"Pretendemos utilizar combustibles limpios, pero siempre garantizando que el transporte público funcione correctamente. Esto exige que la calidad del biocombustible sea muy alta". El coste del gasóleo y del biodiésel es ya "similar", pero al final el uso de este último supone un sobrecoste de entre el 15% y el 20% por las pruebas y el mayor mantenimiento que requiere. "En una flota de muchos autobuses, exige que los cambios de aceite se hagan cada menos kilómetros y que la limpieza de los filtros sea mayor", apunta Lertxundi.

Ventajas medioambientales

Eso sí, subraya que el biodiésel no resta potencia a los autobuses. En cambio, evita al medio ambiente un buen pellizco de sustancias contaminantes como el dióxido de azufre y el monóxido y dióxido de carbono.

Estas ventajas ambientales son las que animaron también al Ayuntamiento de Vitoria a recurrir regularmente al biodiésel a partir de 2004, aunque las primeras pruebas las había realizado casi una década antes. Actualmente usa este biocombustible (al 12%) en 47 de los 70 autobuses de Tuvisa, es decir, en el 67% de la flota. Su objetivo es incrementar estos números. Así que están tratando de determinar qué porcentaje de mezcla pueden utilizar en el conjunto de la flota para "normalizar" el consumo de biodiésel, explica el gerente de Tuvisa, Javier Latorre.

Bilbao empezó a incorporar el biodiésel paulatinamente también hace tres años. Hoy, el 42% de los autobuses de Bilbobus (62 de 148) reposta este biocombustible con una mezcla del 20%. El consistorio prevé aumentar este porcentaje al 30% durante el próximo año. Además, el área de Circulación está realizando ya pruebas con mezclas del 50% y del 100% para analizar la respuesta de los vehículos. "En función de los resultados se adoptarán las medidas oportunas", comenta su director, Fernando González Vara.

Tanto Latorre como González Vara constatan que el precio del biodiésel y el gasóleo es "similar", aunque el consumo del primero es un 3,5% más alto en condiciones similares, según el director de Circulación de Bilbao. Los gastos de mantenimiento son "parejos" en mezclas de hasta el 30% y se estudia posibles sobrecostes con mezclas más altas.