La policía relaciona el crimen de Ibiza con juegos sexuales "al límite"
La muerte violenta en Ibiza de la mujer húngara Kathan O. de 29 años, asesinada presuntamente por su compañero de viaje de turismo Robert B., de 46 años, -quién se ahorcó a su lado un día después del crimen-, no es un asunto cerrado. "Es un caso raro", manifestaron ayer fuentes de la investigación judicial, que ponen en cuestión la existencia de un pacto firme entre la pareja para acabar con sus vidas y apuntan un posible suicidio ritual. Kathan tenía las manos atadas a la espalda, tenía cortes en diferentes partes del cuerpo y murió estrangulada. Unas 24 horas después de matar a la mujer, Robert lanzó una cuerda de pita a una rama de un pino en el mismo escenario criminal y se colgó de la soga.
En algunas partes del cuerpo la mujer tenía heridas superficiales, cortes causados por un cúter y en los alrededores se hallaron ropas manchadas de sangre. "Quizás estamos ante un episodio de juegos sexuales al límite, sadomasoquistas, con un accidente fatal", aventuró otra fuente de la investigación que cuestiona que se trate de un crimen de violencia de género. "Por estas circunstancias se mantendrá máxima discreción desde el juzgado", añadió.
"Por si nos ocurre algo mientras estamos en Ibiza". Ésta es la expresión preventiva que figura en una carta manuscrita, en inglés, hallada en una bolsa junto a los dos cuerpos, en el bosque del santuario púnico de Es Cuieram, en la zona de Sant Joan. En la nota las dos víctimas no anuncian explícitamente su intención de suicidarse, de acuerdo con una fuente conocedora del texto traducido, incorporado a las diligencias del juzgado número cuatro de Ibiza, donde actúa el juez Santiago Pinsach.
Material pornográfico
En la misiva los dos turistas muertos especificaron el nombre de una persona de Ibiza, quien debía atender sus asuntos y los equipajes depositados en el hotel Abrat de Es Caló des Moro, en Sant Antoni. También se halló un lápiz electrónico de memoria de ordenador con referencias personales de ambos. Entre sus pertenencias se encontraron textos "de filosofías orientales que aluden a la reencarnación" y a "místicas budistas", así como diferente material pornográfico, tal y como narró el suceso un portavoz autorizado.
"Eran simpáticos y se mostraban cariñosos. Nunca llamaron la atención, más que por su diferencia de edad". La empleada del hotel Abrat, que está ocupado por 200 clientes, vio salir del hotel, sobre las cuatro de la tarde del domingo día 22 a la pareja. Seguramente tomaron rumbo a Es Cuieram donde fueron hallados sus cuerpos, el miércoles día 25, fecha en la que tenían prevista la salida de Ibiza, tras permanecer un mes hospedados. "Ella no hablaba nada de inglés, él sí. Deben ser los primeros turistas de Hungría que hemos alojamos en muchos años", detalla la recepcionista del hotel.
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