_
_
_
_
Reportaje:Una ciudad averiada

"¿Tienes luz?", en lugar de "buenos días"

Los vecinos de los barrios que ayer seguían a oscuras intentaban pequeños apaños para superar las dificultades de su vida cotidiana

"¿Tienes luz?". Este saludo sustituía ayer al "buenos días" de siempre de los vecinos del paseo Maragall. Segundo día a oscuras y toneladas de indignación. "Estamos hasta la coronilla, es para que venga Zapatero y lo vea. Menos mal que tenemos recursos, porque esto es para liarla". Desde el restaurante de Pilar Gordillo se ve la instalación que el lunes ardió. Las decenas de kilos de comida estropeada no le impidieron abrir La Queixalada del Marcelino. Los del estanco de al lado le dieron luz de la suya con un alargador. Dio para una bombilla en la cocina y la máquina del café. Ése es uno de los apaños, recursos, que han de inventarse para sobrellevar el desastre.

Neus Estrada rescató de un altillo su vieja balanza para poder pesar la fruta y la verdura. Pero, ¿y el género del lunes que tuvo que tirar? Anna Elías, de la panadería más concurrida de la calle de Rogent, aprovechó el calor del horno para cocer pan durante la tarde del lunes. Pero de madrugada, los panaderos no pudieron hacer nada en un obrador frío. Ayer no hubo pan. Bueno casi. Pidió a un compañero del gremio barras para no dejar sin desayuno a las guarderías que sirve. En el barrio, la única certeza era que la reparación de la subestación "iba para largo".

Hay mucha demanda de generadores. La propia Fecsa pidió usar uno de los juzgados
Más información
El apagón de Barcelona afecta aún a 10.000 clientes
Fecsa-Endesa da por "normalizada" la situación en Barcelona tras casi 60 horas de apagón

Tony Barrachina, dueño del Fráncfort Punto de Encuentro, en el barrio de Gràcia, tendrá que tirar todo el género. Esperaba a que le mandaran una lámpara de cámping para retirar la mercancía de los frigoríficos.

Impotencia, indignación y vergüenza eran los sentimientos que inundaban ayer el barrio de la Sagrada Familia. "Nadie nos informa de nada. Llamas a Fecsa y no te cogen el teléfono", contaba Josep María Sardà, de la Vinateria Celler Mariol. Algunos locales tenían electricidad, pero la mayoría seguía sin suministro y sin noticias de lo que duraría aquello.

En la avenida Meridiana, lo raro era encontrar algún local iluminado. Gemma Balagué es dueña de una peluquería: "Tenemos que lavar el pelo de los clientes con agua fría y no podemos secarlo", se quejaba. Una tienda del mismo barrio consiguió instalar un pequeño generador. "Lo necesitamos para los ordenadores. Hemos de poner al día todos los encargos", comentaba Álex Ferriz. No todos han conseguido esta máquina salvadora. Otros lo intentaron sin éxito. "Están muy buscados".

La vida en la ciudad se ha llenado repentinamente de pequeños grandes inconvenientes. Núria, de 72 años y con osteoporosis, se ha visto súbitamente inmovilizada en su piso, un primero, y esperaba trasladarse a casa de una amiga, donde el ascensor funciona.

En los juzgados de familia se rellenaban los expedientes a la luz de linternas y tuvieron que suspenderse una veintena de juicios. Tampoco podían cargarse las agendas electrónicas que se emplean para las citaciones. El gerente, Francisco García, consiguió por la tarde un generador para asegurar hoy el trabajo en estos juzgados. El esperpento llegó cuando Fecsa-Endesa vio la máquina y le pidió emplearla. No lo aceptó. El generador era para los juzgados.

El gremio de hoteleros estudia presentar una demanda por daños y "pérdida de imagen internacional de la ciudad". Su presidente, Jordi Clos, contaba que la ciudad tenía ayer una ocupación del 78%, principalmente de clientes de turismo de negocios y congresos.

Información de C. Blanchar, M. V. Navarro, A. Gaggioli y C. Guerrero

Una frutería en la que han recurrido a una balanza mecánica para pesar la mercancía.
Una frutería en la que han recurrido a una balanza mecánica para pesar la mercancía.CARLES RIBAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_