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Una ciudad averiada

"Es indignante: en un día he perdido 1.500 euros"

Algunos comercios ya pudieron empezar ayer a contabilizar las pérdidas económicas causadas por la falta de suministro eléctrico. Alberto Royo, de 45 años, es el dueño del bar Provença, en la calle de Provença, cerca de paseo de Sant Joan. Está sin luz desde las 11.00 del lunes. Una sola vela iluminaba el interior del local con la ayuda de la luz natural del sol. "Es indignante: entre el lunes y la mañana del martes he perdido aproximadamente 1.500 euros", dijo Royo. "Sólo puedo servir refrescos naturales porque las neveras están apagadas. No puedo hacer cafés ni comida porque las planchas y el extractor no funcionan. Se puede comprobar fácilmente que no me entra nadie", se quejaba resignado observando el local totalmente vacío. Como otros comerciantes, tampoco sabía cuándo volvería la luz y aseguró que "la rabia" ya ha dejado paso a "la indiferencia".

Josep Maria Sardà, encargado de la vinatería Celler Mariol, en la calle de Rosselló, calculó sus pérdidas en más de 2.200 euros diaros. "La materia prima nos ha supuesto una pérdida económica de 700 euros y los 1.500 restantes son los euros que hemos dejado de recaudar", dijo Sardà.

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