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Zaplana mete prisa al Constitucional sobre el recurso del Estatuto catalán

Rajoy aplaza el viaje a México y el PP lo desvincula de la crisis por Piqué

Carlos E. Cué

El Partido Popular está convencido de que el Gobierno está maniobrando para lograr que el Tribunal Constitucional no resuelva los recursos contra el Estatuto catalán antes de las elecciones para no complicar su campaña en Cataluña. La dirección del PP cree que el Ejecutivo lo está intentando y en privado le confiere posibilidades de éxito.

Por eso ayer el portavoz parlamentario del principal partido de la oposición, Eduardo Zaplana, lanzó un mensaje clarísimo al alto tribunal, el único que podría evitar esas supuestas maniobras: "El Constitucional tiene la obligación de fallar el recurso al Estatuto catalán antes de las elecciones generales. El tribunal no puede permitir que los ciudadanos acudan a votar a unas elecciones generales sin conocimiento de causa sobre un debate trascendente en este país. No tiene derecho. Porque además está en condiciones de poder resolver. Y se lo digo yo, que lo sé como lo sabe casi todo el mundo que lo quiere saber", dijo Zaplana en un curso de verano de la Universidad Complutense en El Escorial.

El número tres del PP, en el ambiente relajado propio de esos cursos, estaba ayer dispuesto a hablar de casi todo. Opinó sobre el 11-M, sobre la asignatura de educación para la ciudadanía y especialmente sobre la dimisión del catalán Josep Piqué, por el que le preguntaron mucho tanto los alumnos como los periodistas, ya en los pasillos. Zaplana y Piqué no han ocultado nunca su enemistad, sobre todo desde que el segundo dijo públicamente que el primero representaba el pasado en el PP.

El portavoz parlamentario comenzó por un desmentido. El aplazamiento sin fecha del viaje que Mariano Rajoy tenía previsto a México esta semana, dijo, no tiene nada que ver con la crisis de Piqué ni con ninguna cuestión interna del partido. Sin embargo, la suspensión a última hora no ha sido explicada más que por motivos de agenda.

Calderón y Zapatero

El aplazamiento podría tener otra explicación de política exterior mexicana. El PP había vendido en los últimos días que tenía cerrada una entrevista con Felipe Calderón, el presidente mexicano, miembro del PAN, partido aliado. Calderón, sin embargo, ha mostrado hace sólo una semana una estrechísima relación con José Luis Rodríguez Zapatero, quien se adelantó al viaje del líder del PP y estuvo casi tres días en México. La visita de Rajoy no había sido organizada por el Gobierno mexicano sino por el líder del PAN, Manuel Espino, y en este momento podía ser inoportuna para Calderón, a quien le interesa tener buena relación con Zapatero.

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Rajoy es uno de los dirigentes menos viajeros de la historia de su partido. De hecho, el de México habría sido su primer salto latinoamericano desde que perdió las elecciones. El viaje ha ido reduciendo poco a poco sus dimensiones -esta semana ya se hablaba de un día y medio- hasta que finalmente, ayer, tres días después de que Piqué dimitiera, fue anulado. La última vez que Rajoy realizó un viaje largo, en julio de 2005 -para apoyar en Singapur la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2012-, tuvo que desautorizar desde allí a Piqué por decir que Acebes y Zaplana "conectan con el pasado".

El portavoz en el Congreso desmintió también que el PP había "mermado" la autoridad de Piqué. "Es un hombre importante. La política es muy dura. Su decisión es personal, absolutamente respetable, basada en juicios subjetivos", dijo Zaplana.

Sobre el 11-M, defendió la gestión del PP e insistió en sus dudas: "No es de recibo que al que se empeña en querer saber la verdad se le llame conspirador, y al que se conforma con una versión oficial confusa y plagada de lagunas se diga que está en lo políticamente acertado".

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