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La OMC lanza un ultimátum para desatascar la liberalización comercial

Estados Unidos pide cautela y la Unión Europea habla de "un paso adelante"

Andreu Missé

Ante la incapacidad de los cuatro grandes socios (Brasil, Estados Unidos, India y la Unión Europea) para reducir las subvenciones y los aranceles que entorpecen el comercio mundial, ha sido la propia Organización Mundial de Comercio (OMC) la que ha planteado un ultimátum de compromiso para forzar a las partes a flexibilizar sus posiciones. Es la última oportunidad para salvar la ronda de negociaciones de Doha, que persigue impulsar el desarrollo de los países menos avanzados, facilitando los intercambios de productos agrícolas e industriales.

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El ultimátum de compromiso implica un esfuerzo "equilibrado" para todas partes y "ambicioso" porque las cuantías de los recortes, tanto en subvenciones agrícolas de Estados Unidos como en aranceles de la UE y países emergentes, son significativas, según una fuente de la OMC. Al mismo tiempo, se ha dado un trato especial a los países con menos peso en el comercio internacional y más favorable aún a los países más pobres, para que el acuerdo suponga un impulso al "desarrollo", el objetivo fundamental de la ronda.

El texto propone que Estados Unidos reduzca sus subvenciones agrícolas a una horquilla de entre 13.000 y 16.000 millones de dólares anuales (entre 9.435 y 11.613 millones de euros). Actualmente tiene unas subvenciones autorizadas de 47.000 millones de dólares. Sin embargo, sus ayudas efectivas son muy inferiores, una media de 17.000 millones en los últimos 10 años.

La última propuesta del Gobierno estadounidense contemplaba rebajar las subvenciones agrícolas hasta los 22.000 millones de dólares. A Washington se le pide además de manera expresa que no concentre sus ayudas en cinco productos sensibles (soja, arroz, trigo, maíz y algodón). En el caso del algodón, cuyas subvenciones causan la ruina directa de millones de agricultores africanos, se pide una reducción importante (actualmente ascienden a unos 3.000 millones de dólares).

Estados Unidos reaccionó con cautela y prepara "una respuesta completa" a la propuesta de compromiso, según fuentes de Comercio de Washington. Para la OMC, el tono de la respuesta estadounidense es "positivo". La idea, lanzada por los presidentes de los comités de negociación Crawford Falconer (agricultura) y Don Stephenson (productos no agrícolas), cuenta con el apoyo del director general, Pascal Lamy.

Aranceles a la mitad

En agricultura, la Unión Europea debería rebajar un 52% o 53% de media los aranceles con los que protege a sus agricultores. Los productos con aranceles más elevados, como la carne de vacuno, el azúcar o los lácteos, deberían experimentar recortes más significativos, en una banda que oscila entre el 66% y el 73%. El criterio es que los más protegidos registren una reducción arancelaria más intensa, para no impedir las exportaciones de los países emergentes.

Para Bruselas, las propuestas "representan un paso adelante y útil", según un comunicado de la Comisión Europea. El Ejecutivo comunitario advirtió no obstante de que existen "puntos importantes que no se han incluido" en el acuerdo.

A los países emergentes, encabezados por Brasil, Argentina, México, India, Indonesia, Egipto y Malaisia, se les pide que rebajen sus aranceles en productos industriales, con los que protegen sus sectores manufactureros más endebles. Éstos no deben exceder del 15%. Actualmente, países como India y Brasil aplican un promedio del 40% y del 30%, respectivamente. Para el ministro brasileño de Asuntos Exteriores, Celso Amorín, que en ciertos aspectos se ha erigido como líder de los emergentes, "la Ronda de Doha no está muerta", aunque culpó ayer a los países ricos -Estados Unidos y la Unión Europea- de "esperar demasiado y dar muy poco", informa Efe.

La OMC estima que "China debe continuar realizando un importante esfuerzo", pero se le reconoce el ya realizado para entrar en la organización. Hay que recordar que los aranceles que China aplica a los productos agrícolas son inferiores a los que aplica la UE.

Según el texto de compromiso, las medidas se aplican de forma más laxa a los 32 países menos desarrollados, que representan menos del 1% del comercio mundial. Además, a los más pobres se les exime de limitaciones aduaneras para facilitar la venta de sus productos al exterior y favorecer su desarrollo, según las mismas fuentes.

Pascal Lamy, director general de la Organización Mundial del Comercio, en una imagen de 2005.
Pascal Lamy, director general de la Organización Mundial del Comercio, en una imagen de 2005.REUTERS

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