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Álava se convierte en prueba para la apuesta de Ibarretxe por el tripartito y la consulta

Gerenabarrena, apoyo clave de Egibar, busca paliar con la Diputación su fracaso el 27-M

La configuración de la Diputación alavesa tendrá una importante derivada en clave interna para el PNV y para el lehendakari. Lo que ocurra en Álava cobra una proyección mayor una vez explicitadas las diferencias sobre la perdurabilidad del tripartito y la consulta que el Ejecutivo planea constituir en eje de la segunda mitad de su mandato. Si el tripartito se hace con el gobierno foral, Ibarretxe y el sector que lidera Joseba Egibar en el PNV contarán con un importante argumento interno sobre la utilidad de la alianza y con otro potente instrumento para proyectar su política.

El día 26 en Álava no se juega sólo el gobierno de la provincia sino un importante efecto en la relación interna de fuerzas en el PNV y la carga de razón que cada sector en liza pueda exhibir en los meses venideros, donde se ponen en juego la estrategia y una nueva dirección.

Álava, donde el PNV perdió el poder en 1999 a causa de la apuesta soberanista de Lizarra, se va a constituir también ahora en prueba de fuego para la fórmula de gobierno PNV-EA-EB. Más aún una vez explicitadas las diferencias sobre su perdurabilidad dentro del PNV y con el lehendakari, Juan José Ibarretxe.

Así las cosas, la última casilla por rellenar del tablero institucional nacido de las elecciones del 27-M será el penúltimo reto del tripartito en la lucha por su supervivencia más allá del gobierno autonómico y de 2009. El definitivo lo tiene en las elecciones de ese año.

El control o no de ese territorio será además una baza que jugarán internamente tanto sus más decididos partidarios, empezando por el propio lehendakari, que ya ha apostado por la fórmula también para más allá de esa fecha, como para quienes ya la consideran en declive o claramente amortizada.

A los partidarios del tripartito y de la consulta que el Gobierno planea constituir en eje de la segunda mitad de su mandato les gustaría poder demostrar, con su empoderamiento en ese territorio, que la alianza tiene validez más allá del Gobierno. Así lo harían valer en la lucha interna que librarán de aquí a diciembre.

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Para el sector del PNV que lidera Joseba Egibar, y también para Ibarretxe, resulta de trascendencia determinante lograr imponer el tripartito en la Diputación de Álava. A la inversa, un tropezón en el territorio, significaría una importante merma en argumentos y posición.

La fórmula PNV-EA-EB parte con ventaja, ya que cuenta con 17 votos, frente a los 15 del PP y los 14 del PSE, y a falta de determinar la postura que mantendrá el único representante de Aralar.

Sumar al Gobierno y a la diputación guipuzcoana otra institución apuntalaría, interna y externamente, la idea de que la fórmula es útil y tiene futuro.

El escenario es Álava, pero se trata de una batalla que libran los soberanistas del PNV en su conjunto, frente al cuestionamiento de la alianza por la mayoría de Josu Jon Imaz, con el añadido del frenazo a la consulta popular.

Ibarretxe sumaría un argumento de peso si añade a su propio gobierno las instituciones forales. Aunque sea en una situación de precariedad similar a la que él mismo tiene a la hora de gobernar.

El desenlace alavés es también de primera importancia para la ejecutiva regional del PNV, encabezada por Iñaki Gerenabarrena.

En primer término, porque el control de la diputación ayudaría a hacer olvidar el rotundo fracaso que cosechó en las elecciones del 27-M en Álava. A Gerenabarrena le cabe la responsabilidad, y se le empieza a mencionar en su partido, de haberlo llevado a una condición que nunca antes tuvo: la de tercera fuerza política en Álava.

El presidente del PNV alavés, valedor fundamental de Egibar, igual que el candidato a diputado general, Xabier Agirre, escucha ya voces críticas, entre los hasta ahora desmovilizados seguidores de los planteamientos de Josu Jon Imaz en ese territorio. Si Gerenabarrena no devuelve al PNV al poder, puede encontrarse con una oposición interna organizada el año próximo, cuando se renueven las ejecutivas regionales.

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