El descenso de los sueños rotos
La etapa, con muchas caídas, acaba con un espectador en coma al ser arrollado por Sinkewitz
En 1992, Iñaki Gastón (Clas-Cajastur) se dejó la nariz contra unas rocas bajando con el excelente escalador italiano Claudio Chiappucci por el Cormet de Roselend; en 1996, el día que Miguel Indurain se hundió en Les Arcs bajo la tormenta, Alex Zulle perdió dos veces el equilibrio y Bruyneel desapareció en el mismo barranco que ayer engulló a David Arroyo. En 2005, en la etapa que ganó Alejandro Valverde en Courchevel, fue Popovich el que se dio con el asfalto. Ayer no fue un día excepcional y, de nuevo, se multiplicaron las caídas. como si se tratara de un asfalto maldito.
"El tramo final, hasta Bourg Saint Maurice, es muy peligroso, la carretera es estrecha, hay continúas herraduras y exige mucha técnica", aseguró ayer el director de Caisse d'Epargne, Eusebio Unzúe, al hablar del descenso del Cormet de Roselend. "Te empuja hacia fuera y es saltarina", definió Gárate. "Hay que saber bajar", dijo por su parte Toni Colom. El ciclista mallorquín puede darse con un canto en los dientes porque ayer se dejaron parte de sus sueños Rogers, O'Grady, que se retiró -sufre múltiples fracturas en las costillas según el parte médico-, Parra, Niermann y Wegelius.
Bruyneel, que bajó en el coche como director del equipo Discovery, le llevó la contraria al mallorquín: "Hay tres curvas muy chungas". El belga hasta se reía en la meta: "Han puesto un cartel que recuerda mi caída en 1996". Arroyo todavía se pellizcaba. "He tenido suerte", dijo el ciclista del Caisse d'Epargne: "Me he agarrado como he podido a las ramas de los árboles, como un mono; si no aún estoy montaña abajo".
Voló el Bolo por encima de Rogers, del T-Mobile, que no tuvo tanta suerte como él: tuvo que abandonar y está de vuelta a casa por unos problemas en la clavícula.
Fue un mal día para el equipo alemán. Perdió el maillot amarillo que llevaba Linus Gerdemann, a Rogers y, de camino al hotel y con la etapa acabada, Patrick Sinkewitz arrolló a un espectador. El ciclista germano se partió la nariz, mientras que el espectador se quedó en coma y fue trasladado en un helicóptero hasta un hospital de Grenoble.
El corredor alemán, que también tuvo que someterse anoche a un examen médico, había alcanzado la meta en el puesto 68 de la jornada y se disponía a llegar a su hotel de descanso en bicicleta cuando se topó con el espectador y se produjo el accidente.
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