Macroconcierto colombiano

Demonios con antorchas de fuego irrumpen en la plaza Mayor de Madrid. Les siguen avestruces con zancos acompañadas de trompetas y timbales. La gente enloquece y baila con ellos sin importarles el fuego.

Este espectáculo, parecido a una batukada, se llama fanfarria y es típico de Colombia. Esta semana se cumplen 197 años de la independencia de este país latinoamericano.

25.000 colombianos, según la organización del espectáculo, celebraron ayer su fiesta nacional en pleno centro de Madrid. Una hora y media más tarde de lo previsto, "como buenos colombianos", se conformaba orgullosa Ana María. A nadie le importó el retraso. Pero la demora no tenía nada que ver con el supuesto carácter colombiano. "Problemas técnicos", se defendía un responsable de la organización.

"Esta fiesta es una muestra de integración", afirmó uno de los asistentes

El pasacalles con fuego del grupo Palo Q'Sea entretiene al personal mientras se solucionan los "problemas técnicos" y los grupos musicales ensayan tras del escenario. Los demonios de la fanfarria gritan y asustan a los más pequeños. La pintura roja se les deshace por el calor. Los avestruces bailan y abren y cierran sus alas abrazando a los jóvenes que se acercan a ellas. Se pasean por toda la plaza hasta que las antorchas se quedan sin fuego.

Después, el discurso de la embajadora, Noemí Sanín. "Amigos, la patria se recuperó", exclamó. "Este año hemos crecido un 8% y la seguridad democrática avanza". Gritos de "¡Uribe, Uribe!" -el presidente de Colombia-, aplausos y banderas ondeando respondieron a la embajadora. Sanín pidió un minuto de silencio en memoria de los soldados colombianos que murieron en Líbano y dedicó el concierto "a los paisanos que pierden su vida por la patria". La embajadora recordó que la fiesta tenía que ser "un encuentro patrio de convivencia". Y terminadas las palabras, empezó la música.

Dangond & Juancho de la Espriella rompieron el hielo. Acordeón y letras juveniles. Son los artistas revelación de la música colombiana en Estados Unidos. Juan Manuel Muñoz (43 años) baila abrazado a su mujer. "Esta fiesta es una muestra de integración", dice. Lleva cinco años viviendo en España y su hijo ya ha nacido aquí. "Nos sentimos como en casa", añade su mujer, Lida.

La plaza Mayor era ayer azul, roja y amarilla. Los colores de la bandera colombiana estaban en todas partes: banderas, globos, camisetas y hasta en algunos rostros. Los turistas que cruzaban la plaza miraban extrañados a su alrededor. "¿Qué pasa?", preguntaban. "Es la fiesta de Colombia", responde Alfredo, colombiano de 30 años. Algunos turistas pasan de largo a pesar de las explicaciones y otros se quedan. Escuchan la música de los acordeones, bailan un poco y se vuelven a marchar.

Juan, colombiano de 32 años, echa de menos algo en la fiesta. "Faltan españoles", se lamenta. "Este concierto es para demostrar que estamos todos juntos y yo no veo muchos madrileños. Me gustaría que vinieran para que nos conocieran mejor".

El segundo grupo invitado fue Fonseca. Una mezcla de cumbia y pop que obtuvo un Grammy Latino a la mejor canción tropical. Cuando salen al escenario, Estefanía, de 16 años, hija de colombianos nacida en España, empieza a gritar. "Me encantan, tengo todos sus discos", dice. A Luis Carlos, que tiene 18 años y que lleva ocho en Madrid, también le gusta Fonseca, pero no está muy atento al concierto: "Hay muchas niñas, deberían hacer más fiestas como ésta", ríe.