Arte imperativo

"El arte es un espacio de pensamiento y reflexión, que se genera pensando y que invita a pensar". La afirmación de Ferran Barenblit, director del Centro de Arte Santa Mónica (CASM), sirve de punto de partida para la exposición Pensa - Piensa -Think, abierta hasta el 21 de octubre, que invita -casi ordena, dado el énfasis del imperativo- a repensar la realidad, a través de obras ficticias, irónicas, paradójicas y críticas, "que hablan de la vida, pero no la documentan".

Tras articular durante cuatro años su programa alrededor de proyectos monográficos y simultáneos de varios artistas, concebidos y producidos ex profeso, el CASM propone ahora una muestra colectiva de obras ya existentes que resume las principales líneas desarrolladas por el centro y, a la vez, anticipa algunos de los artistas de la próxima temporada, como Dora García, Kris Martin y Andreas Slominski. Éste último exhibe tres de sus célebres trampas: una para gatos, otra para ratones y la tercera para marmotas, una serie de objetos que -como la vida misma- bajo el disfraz divertido ocultan una sutil crueldad.

Pensa es una propuesta doblemente colectiva, ya que no sólo reúne a 21 creadores, sino que ha sido formulada de forma conjunta por los cuatro comisarios, miembros de la que Barenblit llama "la mesa curatorial del centro", actualmente formada por el propio director, Jacob Fabricius; Frederic Montornés, quien se despide del CASM con este proyecto, y Montse Badia, quien ocupa su lugar. "La mesa curatorial es una fórmula intermedia entre los centros que confían sus exposiciones a un comisario jefe y los que trabajan con profesionales independientes", explica Barenblit.

Aunque ha sido, valga la redundancia, pensada conjuntamente, la muestra carece de cierta unidad. Más que de una exposición de tesis se trata de un conjunto de obras, en su gran mayoría interesantes, enmarcadas en un discurso intencionalmente amplio y abierto. Entre los platos fuertes de la selección se encuentra la película El curso de las cosas, de Fischli & Weiss, que muestra una serie de objetos, colocados de forma que vayan teniendo efecto unos sobre otros. El suspense generado por la concadenación de hechos (un neumático que mueve una palanca, que genera un pequeño incendio, que quema una cuerda y así sucesivamente activando un mecanismo tras otro) fue aprovechado por una célebre empresa de publicidad que se apropió de la idea, convirtiéndola en un multipremiado anuncio de un coche. "Es la obra que articula todo el discurso expositivo, que pone de manifiesto las conexiones entre los artistas y recuerda la importancia de que las ideas circulen", asegura Montornés. El enorme círculo de carritos de supermercado, enganchados uno con otro, de la obra de Lluís Bisbe refuerza la metáfora.

La reflexión sobre el tiempo y su percepción aparece en varias piezas: desde la ausencia evocada por Elmgreen & Dragset con dos vaqueros abandonados en el suelo a lado de una puerta, hasta el sobrecogedor álbum de fotos que atesora la vida de la artista polaca Aneta Grzeskykowska, quien ha borrado cuidadosamente su persona y cualquier rastro de su presencia de cada imagen. Su voluntad de acallar el ego y diluir la identidad encuentra una contrapartida en las obras de Tere Recarens: una serie de fotos que recorren su amistad con la artista Montserrat Soto o un conjunto de pequeñas frases enmarcadas que repasan sus relaciones amorosas, todas encabezadas por un nombre, menos "el indígena" y "el paleta", definiciones que quizá sólo sean provocaciones, aunque no por ello resultan menos chocantes.

Completan la selección Pawel Althamer, Gustavo Artigas, Guy Ben Ner, Joana Cera, Alicia Framis, Félix González-Torres, Jay Chung & Q Takeki Maeda, Leopold Kessler, Ahmet Ögüt, Jaime Pitarch, Gitte Shäffer, Lily van der Stokker y Dan Perjovschi, quien, a lo largo de toda la duración de la muestra, irá enviando por correo electrónico pequeños dibujos que los comisarios reproducirán lo más fielmente posible en una pizarra, donde se irá visualizando la obra... colectiva.