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La leucemia condiciona el traslado de linces desde Sierra Morena a Doñana

La enfermedad ha causado la muerte de cinco ejemplares desde principios de año

El descubrimiento del virus de la leucemia felina tipo A entre la población de linces de Doñana supone un nuevo factor de riesgo que ha encendido todas las alarmas. La enfermedad hace replantearse a la Junta de Andalucía y los expertos los planes de fortalecer la población de linces del parque con nuevos ejemplares de Sierra Morena en otoño. Hasta que los científicos lo consideren, la decisión no se adoptará. Mientras, los trabajos continúan, tanto los de preparación para la llegada de los linces serranos, como los de la lucha contra la leucemia.

El hábitat del lince se ha reducido a dos paisajes aislados entre sí. Por un lado, Sierra Morena, donde estos animales, a pesar de seguir en situación crítica, viven un mejor momento en cuanto al número de ejemplares (entre 120 y 130). Peor se encuentran sus hermanos de Doñana, cuya exigua cantidad (entre 35 y 40) ha derivado en una escasa variabilidad genética y en un posible debilitamiento inmunitario que se está estudiando. Por eso, cuando a principios de este año el virus mortal de la leucemia felina dejó su tarjeta de visita en forma de cinco cadáveres de linces, todo el mundo de asustó. Y mucho.

Los cinco ejemplares fallecidos, todos machos adultos, se encontraron en la zona conocida como Matasgordas. Uno de ellos fue identificado en ese momento como Inesperado puesto que, hasta entonces, los científicos no conocían su existencia. Otros cinco ejemplares (dos machos y tres hembras) fueron capturados. También estaban enfermos, por lo que fueron llevados al centro de recuperación de Los Villares (Córdoba).

La visita de la enfermedad -cuyo brote parece estabilizado puesto que, por el momento, no se han encontrado más cadáveres, ni infectados en los análisis que se han puesto en marcha y que continúan- ha coincidido con el desarrollo de un ambicioso plan para reforzar la debilitada población de linces de Doñana. El proyecto, que se anunció a principios de mayo, cuando todavía no se sabía a ciencia cierta cuál era la causa de los fallecimientos, consiste en trasladar una pareja de linces, macho y hembra, de Sierra Morena a Doñana.

El objetivo es que, una vez aclimatados y ya nacidos sus primeros cachorros, la pareja salga y colonice libremente su propio terreno de la zona y, con el tiempo, se apareen con felinos autóctonos.

Esta estrategia de reforzamiento de la especie está supeditada ahora al dictamen de dos científicos procedentes de Florida, donde trabajaron en un caso muy similar con panteras, y dos investigadores de felinos. En la comisión también están representados los Gobiernos de Andalucía y Extremadura, ecologistas, empresarios y cazadores. "Hemos querido rodearnos de expertos nacionales e internacionales. Queremos garantizar, desde un primer momento que cualquier decisión de gestión esté convenientemente avalada desde el punto de vista científico", destaca el director general de Gestión del Medio Natural de la Junta de Andalucía, José Guirado.

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Evaluación semestral

El posible traslado de ejemplares de Sierra Morena a Doñana -como establece el programa europeo Life-, se evaluará cada seis meses y, cuando haya aval científico, suficiente se ejecutará. Mientras, no se paralizarán los trabajos de adecuación de la zona para la mejora de los hábitats de los felinos -mediante la repoblación de conejos o el vallado de las carreteras-, con el horizonte en mente de ese futuro traslado.

Y al mismo tiempo, también prosiguen los trabajos para atajar la leucemia. La estrategia a seguir contempla un análisis masivo de todos los linces, la vacunación de los sanos, la extracción de los enfermos para tratarlos y estudiarlos en Los Villares y la eliminación de los gatos comunes asilvestrados, que han introducido la enfermedad en el parque. "Las clínicas veterinarias de Matalascañas detectaron una prevalencia de esta enfermedad en gatos domésticos en torno al 60% y detectaban la presencia de abundantes animales sueltos. Aunque en Moguer, la prevalencia era sólo del 5%", recuerda Guirado.

Por ello, se va a reforzar el trabajo con las clínicas del entorno, para que informen sobre los casos de leucemia felina que encuentren y se pueda realizar una especie de mapa de la enfermedad en las cercanías de Doñana.

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