La tradición laica turca
Lleva razón el señor Yilmaz Inal en su carta (Fundamentalismo laico, 9 de julio, 2007) cuando insiste en que existe una dimensión histórica turca del laicismo, pero empieza a ser tiempo de recordar que es anterior a Kemal Atatürk. Si insistimos en la idea de que la modernidad y la tradición laica arrancan en la Turquía de 1923, haremos depender todo ello de la genialidad de una sola persona, arrinconando la tradición de todo un pueblo. La gran pregunta es: ¿hubiera podido Atatürk hacer lo que hizo en otra sociedad musulmana? La respuesta es, posiblemente, un no rotundo. Y eso es así porque la tradición laica de la Turquía republicana también se erige sobre las ideas de Ziya Gökalp, iniciativas que habían puesto en marcha los Jóvenes Turcos, ideas políticas de los Jóvenes Otomanos, el hecho de que el Imperio Otomano tuvo el primer Parlamento de un país musulmán (1877), la obra legislativa y educativa de las Tanzimat y muchos otros ejemplos posibles. Ese trasfondo ayuda a explicar también que en los últimos años la economía turca haya empezado a funcionar realmente bien, y que el país se haya convertido en la única potencia emergente y socialmente musulmana.
Es debido a ello, y no a la caridad o al optimismo exagerado, que Bruselas le dio un voto de confianza para el ingreso en la UE. Es evidente que esto puede malograrse y esperemos que no vuelvan a repetirse meteduras de pata como, por ejemplo, la de Süleyman Demirel en 1980. Por lo demás, todos los países hemos atravesado por periodos en que se nos define como "diferentes" e "incomprendidos" (recordemos el "Spain is different" en la España franquista). Pero esas ideas no suelen ser muy positivas, porque tienden a justificar comportamientos políticos arbitrarios.
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