Irán permitirá a los inspectores nucleares visitar sus instalaciones
Irán anunció ayer que reanuda su cooperación plena con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y permitirá que sus inspectores visiten la planta de Arak antes de finales de mes. Irán espera que la comunidad internacional corresponda a este gesto retirando su dossier del Consejo de Seguridad, donde le amenaza una tercera ronda de sanciones. Para ello, el acuerdo, que constituye un signo de posible compromiso por parte de Teherán, debería permitir aclarar los "asuntos pendientes" sobre su programa atómico.
"Anoche alcanzamos un acuerdo para mantener nuevas discusiones entre Irán y el OIEA los días 25 y 26 de julio en Viena", declaró ayer el representante iraní ante ese organismo, Ali Asghar Soltanieh, a la televisión estatal. Además, dijo, "Irán ha autorizado a los inspectores del OIEA a visitar el reactor de agua pesada de Arak". El avance se ha producido al término de una visita de dos días a Teherán del vicedirector de esa agencia de la ONU, Ollie Heinonen, como resultado del compromiso alcanzado entre el negociador nuclear iraní, Ali Lariyaní, y del mediador europeo, Javier Solana.
La importancia de la planta Arak, a 280 kilómetros al suroeste de Teherán, radica en que allí va a instalarse un reactor de agua pesada, que produciría plutonio una vez que se complete en la próxima década. Teherán bloqueaba las inspecciones a esa construcción desde el pasado abril, a raíz de la segunda ronda de sanciones. Como el uranio enriquecido, el plutonio puede utilizarse en la fabricación de armas nucleares. De ahí que el Consejo de Seguridad haya exigido a Irán que suspenda el enriquecimiento y los trabajos en Arak.
Gesto positivo
Como parte de ese plan de trabajo, va a designarse un nuevo equipo de inspectores que empezará a trabajar antes de finales de mes. "Se ha acordado que Irán y la agencia se embarquen a continuación en aclarar las cuestiones pendientes relativas al alcance y contenido de su programa de enriquecimiento", explica un comunicado del OIEA en su página web.
En principio, la actitud iraní constituye un gesto positivo que podría permitir desbloquear las negociaciones. Aunque de momento Irán no ha cumplido el requisito de la ONU de suspender el enriquecimiento de uranio, en las últimas semanas han reducido el ritmo de ese proceso e instalado menos centrifugadoras. No obstante, su presidente, Mahmud Ahmadineyad, dijo el miércoles que eso no significaba que fueran a parar.
Resulta difícil de saber cuáles son las intenciones últimas de las autoridades iraníes. Algunos observadores advierten de la posibilidad de que sólo traten de ganar tiempo ante la amenaza de nuevas sanciones. Sin embargo, también puede tratarse de un gesto de realismo. A pesar de las ganancias que garantiza el elevado precio del petróleo, Irán hace frente a una crisis económica que requiere más atención a la gestión de las finanzas públicas, como denunciaron el pasado junio medio centenar de economistas.
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