Copioso delirio
Ya sé que "copioso" no pega con "delirio", pero es que los dos vocablos resumen muy bien lo que vio el público que asistió el jueves al estreno del primero de los dos montajes que el Théâtre des Lucioles presenta en la Sala Fabià Puigserver del Lliure dentro de la programación del Festival Grec.
Los Copi(s) es un homenaje a Raúl Damonte Botana, más conocido como Copi (1939- 1987), dibujante, escritor y dramaturgo de origen bonaerense que se afincó en París, por parte de otro bonaerense, Marcial Di Fonzo Bo, que lleva instalado en París precisamente desde el año que el primero nos dejó, y de eso ya hace 20.
Y es, además, un homenaje abundante, por el volumen de material que lleva al escenario -tres montajes en uno- y por la cantidad de referentes e ideas alocadas, delirantes, vamos, que desarrolla en cada uno de ellos.
Les poulets n'ont pas de chaises es, de las tres partes, la que entra mejor. Basada en la serie de dibujos La femme assise que Copi publicó en Le Nouvel Observateur, Les poulets... traslada al escenario las viñetas con sus personajes de trazo simple pero tremendamente expresivo. La mujer sentada, toda una institución de las bandes dessinées, dialoga con ella misma o con el pollo que no tiene silla, con unas mariposas que revolotean o con un caracol que tiene su mismo perfil. Y la traslación es estupenda: los dibujos se proyectan sobre unas cortinas al tiempo que los personajes se encarnan en la media docena de intérpretes de la compañía, entre los que destaca el propio director, Marcial Di Fonzo Bo, todo ello acompañado por los cinco músicos y sus temas en directo. Una delicia.
La cosmonauta Loretta
Loretta Strong, texto estrenado en 1974, es otro cómic pero de ciencia ficción. Y aquí Di Fonzo Bo es la cosmonauta que da título a la pieza y que intenta comunicarse con la tierra desde la estrella en la que se halla porque un tal Drake se ha olvidado de conectar el oxígeno en la cabina. A partir de aquí, lo que puedan imaginar es poco: Loretta buscará su anorak volando por encima de la platea mientras la muerte, de nombre Linda, le anuncia que la tierra acaba de explotar. Lo dicho, delirante.
Le frigo, estrenado en 1983, recoge el 50º cumpleaños de una ex modelo que ya no puede lucir el bikini como antes y que ahora se dedica a escribir sus memorias. Su madre le ha regalado un frigorífico, por aquello de la menopausia. Otro divertido delirio que cuenta, nada menos, que con nuestro Ángel Pavlovsky como protagonista, quien, por cierto, guarda un gran parecido con Copi. Y Ángel está divina, con esas piernas tan bonitas y esos modelitos tan maravillosos que luce. Un personaje que le viene como anillo al dedo y con el que demuestra estar en plena forma, aparte de dominar el francés.
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