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Reportaje:

Vieja estampa de la pinza

Rejón y Arenas coinciden en sus críticas al PSOE en un acto del PP

Arenas y Rejón, juntos. Arenas y Rejón, abrazados. Arenas y Rejón, intercambiando piropos y entregados al enaltecimiento de su amistad. Si no fuera por las canas, y los sedimentos que en rostro y abdomen van dejando los años, la escena bien podría ser del bienio 1994-1996, la breve legislatura del Parlamento andaluz en la que Partido Popular e Izquierda Unida sumaban mayoría absoluta y se dedicaban a fastidiar al Gobierno socialista con extravagantes perversidades. Pero ocurrió ayer, más de una década después de que el coqueteo exhibicionista de ambos acabara por desmoronarlos (sobre todo al izquierdista, que perdió siete diputados). El evento: unas jornadas organizadas por el PP para hablar de los últimos 25 años de Andalucía y de su futuro.

Luis Carlos Rejón -quien ya no milita en IU, de la que se fue dando un portazo- aceptó gentil la invitación a unas de las mesas redondas a sabiendas de la atracción mediática que despertaría esta vieja estampa de la pinza y de su punto provocador. "He recibido cinco o seis llamadas, '¿pero tú vas a ir?', me han preguntado. Pues claro, nada más que por eso vendría arrastrándome", dijo a modo de introducción, después de dar las gracias a los populares por su ejemplo de "tolerancia y democracia, aquella cultura que nos dejó Adolfo Suárez".

Además de Javier Arenas, que hizo de moderador por su condición de presidente del PP andaluz, le acompañaban en el plantel Soledad Becerril, la primera mujer ministra de la democracia con UCD y ex alcaldesa de Sevilla; Luis Marín Sicilia, notario y ex vicepresidente del Parlamento andaluz también por UCD; y Juan Ramón Medina Precioso, ex diputado de IU y actual consejero en el gobierno del PP de la comunidad de Murcia.

Entre el público: la plana mayor del PP andaluz y diputados de la pinza y de ahora. Por la parte de Rejón, tan solo Antonio Sánchez, militante de la CUT que fuera su jefe de prensa cuando el ex coordinador de IU dijo la frase que aún colea como paradigma de la convulsión política que supuso la alianza de dos polos opuestos en el legislativo para ahogar al ejecutivo: "Ahora gobernará el Parlamento".

Javier Arenas lo presentó como el diputado "más brillante de la izquierda" de la Cámara andaluz y un político "honesto y coherente". "Siempre he sido muy amigo de Luis Carlos Rejón, quien ha sabido en todo momento diferenciar las relaciones humanas de las políticas", dijo, y aprovechó para bromear con la afición de Rejón a comenzar todas sus intervenciones con una cita literaria o una reflexión filósofica, "espero que ahora no me defraudes". No lo hizo. Y empezó con Agapito Maestre, profesor universitario y columnista del diario El Mundo, para resaltar el letargo que en su opinión padece la sociedad andaluza. Luego tiró más alto en su propósito de ahondar en la teoría del "sueño de los justos" y el "clientelismo" andaluz, y leyó un párrafo entero de El Gatopardo, la novela de Lampedusa llevada al cine por Visconti. "El PSOE ha hecho un trabajo perfecto y la gente se siente satisfecha de estar en una democracia de masas", señaló, entre pullas frecuentes a su antigua formación (muy celebradas por la concurrencia), a la que calificó de "bastoncillo" de los socialistas.

Incluso llegó a dar la razón a Antonio Sanz (secretario general del PP) frente a la portavoz de IU, Concha Caballero, en uno de los debates sobre la reforma del Estatuto, "porque el nuevo Estatuto es más del PP que de IU o PSOE". "Tengo grandes amigos en el PP y les dije que la postura sobre el Estatuto había sido muy acertada táctica y estratégicamente", señaló en otro momento, si bien reconvino a los populares por no saber "vender bien" sus "éxitos". Fue lo único negativo que dijo de sus anfitriones, pese a que en la víspera anunció que sería duro con las posiciones del PP.

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Como suele suceder cuando en las mesas redondas no está representado un espectro político o sociológico, el debate se convirtió en un auto sacramental contra el ausente, en este caso el PSOE.

Rejón tildó este partido de maestro del trilerismo -"se ponen en la calle Sierpes y engañan a los trileros"- desleal y embustero. "Arenas me dijo en una ocasión que el PSOE sabe soplar y sorber a la vez", dijo, y despertó la carcajada del público. Igual que cuando comentó que quien quiera sacar a los andaluces de su "sueño eterno" es "castigado con el destierro y se le expulsa de la comunidad autónoma, como nos pasó hace años a nosotros", bromeó en tono cómplice mirando a Arenas. Éste resumió en un turno posterior el discurso de su amigo: "Ha sido lúcido y lucido".

Reformismo a los 13 años

En el mismo acto en el que estaba Luis Carlos Rejón, Javier Arenas aprovechó para esbozar el programa más "reformista" de la historia con el que pretende ganar las elecciones autonómicas y enterrar el "sectarismo y dogmatismo" del PSOE. Los ejes -y esto también retrotrae a épocas pasadas, pues son los mismos- serán la educación y la reforma de la administración pública, toda una barrera para el crecimiento y el empleo.

El candidato a disputar la presidencia de la Junta con Manuel Chaves (ya lo hizo en 1994 y 1996) echó de menos la ilusión que había en los inicios de la democracia y dibujó un panorama "mucho más triste", al tiempo que lamentó la identificación de las instituciones y el PSOE. También lamentó la influencia que en los medios de comunicación tiene Manuel Chaves y no trascender que aunque Andalucía está mejor que hace 25 años, está comparativamente pero que otras comunidades, lo que significa un escaso avance.

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