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Reportaje:JAZZ

El reverendo romántico

Al Green actúa hoy en Villalba en su primera visita a España

Diego A. Manrique

La imagen que cualquier fan podría tener de Al Green (Arkansas, 1946) se desintegra ante la realidad de la exuberante voz que llega desde Memphis: el máximo cantante de soul romántico de los setenta es ahora un bromista gritón, encantado de poder debutar en España: "Are you ready for Al Green, Spain?". Quizá no tenga muy clara la geografía: se lanza a alabar a las mujeres españolas, mientras canturrea The girl from Ipanema.

Tampoco encaja en nuestra idea de un reverendo. Y ésa es su principal dedicación: pastor del Full Gospel Tabernacle, iglesia de Memphis en el 787 de Hale Road. Se parte de risa cuando evoca a esos turistas -"muchos europeos"- que acuden a sus servicios dominicales con grabadoras ocultas, para captarle en acción. "Mi iglesia es un lugar para adorar a Dios y no voy a impedírselo si graban con discreción. Es un poco tonto: tengo discos con esas mismas canciones grabadas perfectamente".

Discos de Al Green no faltan: sumando recopilaciones, existen hasta 40 títulos, entre religiosos y profanos, con varios dedicados a canciones navideñas. Los que grabó para el sello Hi se reeditan regularmente: son muestras magistrales del mejor soul sureño, lacónico en producción, esbelto en voces, arrebatado en sentimientos. Con canciones monumentales, que luego aprovecharon artistas tan diversos como Tina Turner (Let's stay together) o Talking Heads (Take me to the river).

Todos esos éxitos, proclama, van a sonar hoy en Villalba (Madrid): "Llevo una banda de 22 músicos y tocaremos las músicas que sirvieron para que millones de personas se enamoraran. Dentro de nueve meses, ¡van a nacer muchos niños allí!". Añade que también habrá algo de gospel, pero que no piensa decepcionar al grueso de su público.

Para Green, no existe incompatibilidad entre música carnal y espiritual, ese dilema que ha atormentado a tantos artistas sureños, blancos o negros: "Si Dios me ha dado el don de conmover a la gente, ¿cómo oponerme a su voluntad? Algún feligrés me ha recriminado que cantara letras que invitan al sexo. Y respondo: tú estás en este mundo porque tu mamá y tu papá se juntaron e hicieron algo más que leer la Santa Biblia".

Aunque ahora lo minimice, la decisión de alternar ambos repertorios no fue sencilla. Antes ocurrieron desdichas que han pasado a la leyenda: en 1974, una novia desequilibrada le lanzó una cazuela de comida hirviendo mientras se bañaba; la mujer se suicidó a continuación. Aparte de las quemaduras de tercer grado, algunos le acusaron de la muerte. En 1979, un accidente le hizo consagrarse exclusivamente a predicar.

Para Green, no hay gran misterio en su doble militancia: la música popular afro-americana refleja sus raíces religiosas. "De la iglesia viene Sam Cooke pero también Alicia Keys, R. Kelly, D'Angelo, hasta algunos chicos del rap, como Kanye West o Nas, llevan el ADN de la iglesia en su música".

Al Green sólo retomó la carrera pop en 2003, al fichar con Blue Note, el ilustre sello de jazz. Como cómplice estaba Willie Mitchell, el eficaz productor responsable de sus grandes temas. Juntos han hecho discos sobrios, dentro de los parámetros del soul clásico. Pero algunos admiradores sintieron que Green podía dar más de sí. Finalmente, Ahmir ?uestlove Thompson, el erudito baterista de The Roots, consiguió convencer al reverendo: están confeccionando un disco, se supone, plenamente anclado en el siglo XXI, que saldrá en otoño. Llevan dos años peleando por la orientación: el conflicto parece que está entre hacer la típica colección de duetos con estrellas jóvenes o algo más radical.

En el escenario de Villalba, Al Green coincidirá con un titán de la guitarra eléctrica, el británico Jeff Beck. Puede que el soulman no sepa muy bien quién es Jeff, pero está abierto a experimentar. "Los artistas ingleses me adoran. Si ese hombre ha grabado People get ready [el tema de Curtis Mayfield], yo me atrevo a cantarlo con él".Woods & Pizzarelli. San Javier

Carismático showman, con una técnica impecable en el piano, Mitch Woods presenta su último disco, Big easy boggie, donde demuestra que el boggie woggie sigue vigente en pleno siglo XXI. John Pizzarelli ofrecerá la versión swing de Frank Sinatra y The Beatles. Auditorio del Parque Almansa de San Javier, Murcia. A las 21.00. 12 euros

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