El Partido Popular dejó el Ayuntamiento de Ourense con las arcas vacías

El Ayuntamiento de Ourense no puede resistir hasta diciembre. Los departamentos municipales tienen, en el mejor de los casos, las arcas vacías. La concejalía más inversora, Infraestructuras, dispone de 1.600 euros para mantenimiento de calles y carece de fondos para alumbrado público. "No podremos cambiar una bombilla", se queja el teniente de alcalde, Alexandre Sánchez Vidal, expresando su preocupación por una situación que tilda de "patética". Porque los datos mencionados son los mejores. El resto está "de ahí para abajo", asegura el dirigente municipal.

El nuevo gobierno local deberá ir a una ampliación de crédito para acabar el año

El Ayuntamiento recurrirá a una ampliación de crédito "para poder hacer un mínimo de gestión". La penuria económica caracteriza la situación, con un presupuesto ordinario de 72 millones de euros de los que dos millones se destinan a inversiones, con un gasto de personal del 70%. En los tres últimos meses de su mandato, el PP acudió a un reconocimiento de deuda y a una ampliación de crédito por importe de ocho millones de euros, con la reprimenda del interventor municipal, que alertó del riesgo.

Pero no ha sido suficiente. Las arcas municipales están exprimidas y PSOE y BNG se han encontrado, al hacer las cuentas, con que "todo son números rojos", con que "está todo el dinero consumido por encima del presupuesto". Curiosamente, las dos concejalías que se han llevado la palma gastadora han sido las de Cultura y Medio Ambiente, gestionadas por los dos hombres fuertes del gobierno municipal del PP, ahora en la oposición, José Araújo y el ex alcalde Enrique Nóvoa. El BNG ilustra la situación: "Para Cultura quedan 8.000 euros, pero hemos echado las cuentas y sólo mantener el Auditorio cuesta diariamente 6.000 euros, incluido el pago al numeroso personal que dejó allí colocado el PP".

En Medio Ambiente la situación es "surrealista", comenta el teniente de alcalde, tras haber detectado que la limpieza de las pozas termales de los distintos puntos de la ciudad se pagaba durante los fines de semana "con dinero negro". "No sabemos a quién ni por qué importe, pero lo descubrimos porque el gasto no figura en ningún documento y porque tras perder el PP las elecciones dejaron de limpiarlas, con lo que empezaron a convertirse en un estercolero", asegura.

No sale mejor librada la gestión en el área de Deportes. El nuevo gobierno local se ha encontrado con que la concejalía dispone de 3.000 euros para acabar el año y de sendos informes de Sanidad, Riesgos Laborales y del aparejador municipal que obligan a la clausura "probablemente definitiva" de las piscinas municipales de Oira. "Tal y como están, lo mejor es plantearse hacer otras nuevas", señalan desde el ala nacionalista del gobierno local.

El informe sanitario establece que el cloro que se utilizaba no estaba homologado por Sanidad y que constaba únicamente de un 30% de este producto, y detalla que las grietas en las baldosas eran de tal calibre que la fuga de agua diaria era de 135.000 litros. "Tenían que estar llenándolas continuamente", afirma un representante del BNG. Igual de explícito es el informe sobre Riesgos Laborales de técnicos municipales. Advierte de que las baldosas se desprenden continuamente, de riesgo de derrumbe de la terraza de los vestuarios de los trabajadores y de cables a la vista "con el consiguiente riesgo de electrocución".

"Es una situación altamente preocupante", destaca el teniente de alcalde orensano, señalando que los representantes del PP "no sólo consumieron todo el presupuesto, sino que generaron una gran deuda". Sánchez Vidal sostiene que "existen deudas no contabilizadas, que no aparecen en contratos ni en conceptos presupuestarios".

La partida correspondiente a Personal, uno de los gastos más importantes del Ayuntamiento, considerando el elevado número de trabajadores, es de momento una incógnita para los responsables municipales. El concejal de Hacienda, el socialista Agustín Fernández, está en este momento haciendo el balance que espera tener listo en un par de semanas.