Un fuego obliga a desalojar a más de 200 vecinos en Mazagón

Entre 200 y 300 vecinos de la urbanización Ciparsa de Mazagón (Huelva), que alberga unos 400 chalés, fueron desalojados ayer por la tarde debido a la cercanía de un incendio de dos focos que quemaba una zona de pinares conocida como El Picacho, cerca del centro militar del mismo nombre. Las llamas se detectaron hacia las 17.50, en la zona de la N-442. El fuego provocó el corte de la carretera en ambos sentidos entre los kilómetros 15 y 16.

Hacia las 18.30, las fuerzas de seguridad decidieron el desalojo de los vecinos como medida de precaución. El área quemada afectó a los términos municipales de Palos de la Frontera y Moguer. A las 20.30 el incendio seguía activo y llegó a afectar a cinco vehículos y al interior de una casa que ya había sido desalojada.

Algunos vecinos de la urbanización declararon que el incendio provocó una humareda tan densa que apenas se veía nada y dificultaba la respiración.

Ciparsa es un complejo de parcelas de entre 1.000 y 1.500 metros cuadrados, cada una con sus respectivas viviendas, que se encuentra integrado en un denso pinar. Prácticamente los vecinos de todas las viviendas tuvieron que marcharse. Algunos inmuebles fueron afectados por las llamas, sobre todo en la zona de jardines, pero ninguna casa se quemó en su totalidad, según la Policía Local de Moguer.

Debido a la cercanía de las llamas, los efectivos para la extinción de incendios desplegados fueron considerables. El Infoca desplazó 25 especialistas en extinción, dos vehículos autobomba, un avión de carga terrestre, cuatro helicópteros, un helicóptero de gran capacidad, y un avión de coordinación y vigilancia. Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente desplegó un avión de carga en tierra, dos aviones anfibios, un helicóptero de gran capacidad y un avión de vigilancia.

El Ayuntamiento de Palos de la Frontera habilitó un colegio de Mazagón para acoger a las familias desalojadas. El alcalde, Carmelo Romero, explicó que las familias estaban siendo concentradas a la espera de que el incendio fuese controlado.