Interior intenta abortar la reaparición del terrorismo de cariz nacionalista en Galicia
La policía teme que Resistencia Galega trate de cometer un atentado en torno al 25 de julio
La policía y la Guardia Civil están preocupadas ante la posibilidad de que Resistencia Galega cometa el próximo 25 de julio algún atentado, coincidiendo con el Día de Galicia, festividad autonómica de Santiago. "Este grupo, compuesto por unas 20 o 25 personas, ha ido incrementando sus acciones en los últimos meses. Y sus bombas más recientes son más elaboradas", explica un comisario del Cuerpo Nacional de Policía. Por eso, el Ministerio del Interior pretende desbaratar esta organización, aún incipiente, antes de que logre montar una estructura más peligrosa.
Resistencia Galega surgió en 2005, coincidiendo con la publicación en Internet de un Manifesto pola Resistência Galega, cuya paternidad no ha logrado determinar la policía. Los autores recuerdan el inicio de la lucha armada en Galicia a cargo del Exercito Guerrilheiro en torno a 1980. Esta banda cometió unos 90 atentados, entre ellos la voladura del chalé del dirigente del PP Manuel Fraga en la localidad coruñesa de Perbes el 28 de mayo de 1988. El Exercito desapareció, tras reiterados golpes policiales, en 1993.
"La nueva resistencia gallega está aprendiendo a olvidar los protagonismos, tanto personales como organizativos; no cree en vacas sagradas ni santuarios, ni en mitos muertos o vivos... Lo relevante no es lo que se golpea, sino a quién se golpea. Lo relevante no es quién organiza ni el grado de organización, sino lo certero de las acciones y el fortalecimiento de la lucha", sostiene el presunto manifiesto fundacional de Resistencia Galega. La resistencia gallega es ya un incipiente fenómeno social, creciendo con cada acción realizada en el país, para convertirse en un río fecundo", señala.
Según fuentes antiterroristas, los integrantes de Resistencia Galega serían individuos escindidos de la Asambleia da Mocidade Independentista (AMI), que es una compleja amalgama de personas unidas por su nacionalismo galleguista y desgajadas a su vez de Nos-Unidade Popular y Fronte Popular Galega.
El bautismo de fuego de Resistencia Galega, según fuentes policiales, fue la colocación de una bomba en la sucursal principal de Caixa Galicia en Santiago de Compostela, el 23 de julio de 2005, en víspera del Día de la Patria Gallega. Uxío Caamaño Santiso y Xiana Rodríguez Gómez fueron detenidos "prácticamente con las manos en la masa", acusados de provocar graves desperfectos en la entidad, recuerda un comisario policial.
La Guardia Civil, mediante la Operación Castiñeira, detuvo en noviembre de 2005 a 10 supuestos activistas del grupo independentista radical AMI, entre los que estaba Anton García Matos, Toninho, que años atrás fue relacionado con el Exercito Guerrilheiro.
Los 10 arrestados quedaron en libertad provisional al estar acusados sólo de asociación ilícita, daños y alteración del orden. Pero la Audiencia Nacional decretó después la busca y captura de Toninho por supuesta implicación en otros hechos delictivos y como supuesto dirigente del llamado Movimiento de Liberación Nacional Gallego.
Durante el presente año, este grupo terrorista ha puesto bombas en el municipio pontevedrés de Nigrán, el pasado 23 de marzo, y en Cangas de Morrazo (Pontevedra), el pasado 9 de mayo. La última acción que se le imputa es la colocación de otro artefacto explosivo en el polígono de O Ceao (Lugo), el pasado 15 de mayo. En esta última ocasión, el objetivo era la empresa Construcciones Mon, propiedad de Manuel Mon, ex alcalde de Burela (PP). Resistencia Galega, que se atribuyó este atentado, denunció las actividades "especuladoras" de esta empresa y terminaba haciendo un llamamiento: "Ninguna agresión sin respuesta frente a la destrucción de nuestro país. Resistencia generalizada".
Los artificieros de la policía lograron desactivar este último paquete explosivo, descubriendo que estaba hecho con una olla, pólvora y metralla. "Nos preocupamos al ver que el artefacto era más complejo que otras veces", señala un mando policial. No obstante, la alarma ya saltó hace 10 meses, cuando fueron halladas 26 bombas de fabricación casera, pero "con cierta sofisticación", en septiembre de 2006 cerca de la localidad portuguesa de Vieira do Minho, próxima a la frontera con Ourense. Junto a las bombas había folletos y propaganda de Resistencia Galega.
"Tememos que esta gente pueda causar algún muerto cualquier día aunque sea de forma accidental", declara un oficial de la Guardia Civil.
La policía ha constatado que algunos de los sospechosos de pertenecer a Resistencia Galega reciben entrenamiento y hacen prácticas de supervivencia en montes y zonas intricadas de Galicia al estilo de la guerrilla rural. La misma fuente señala que hay indicios de que estos individuos tienen su particular santuario y refugio en Portugal. Por eso, las autoridades españolas han solicitado la colaboración de la polícia portuguesa.
"Por ahora no atracan bancos ni exigen el denominado impuesto revolucionario. Tampoco nos consta que tengan armas de fuego. Ideológicamente tienen una raíz marxista muy marcada por el nacionalismo gallego radical. Y sus objetivos preferentes son las empresas constructoras, las obras públicas y todo aquello que consideran que es urbanismo salvaje y que destruye el medio ambiente", explica un experto policial antiterrorista.
Los investigadores tienen fichados a más de una veintena de supuestos activistas de Resistencia Galega, aunque admiten que pueden contar con un número mayor de simpatizantes captados preferentemente en círculos universitarios y estudiantiles.
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