Un clásico sin competencia
Ex grandes campeones analizan la rivalidad entre Nadal y Federer y sostienen que falta "alguien que les haga sufrir"
Rafael Nadal y Roger Federer se han dividido el mundo. Los dos mejores jugadores del planeta se han enfrentado en cuatro de las últimas seis finales de torneos del Grand Slam. Y, protagonistas de una rivalidad que amenaza con convertirse en un clásico, hay quien ya les pone peros. Manuel Orantes, por ejemplo. "Los dos están demasiado solos, solitarios en su pedestal", dice. "Falta alguien que les haga sufrir: las otras grandes rivalidades del tenis no tenían tanta superioridad sobre el resto de jugadores. A la gente le cansa que todo sea tan previsible", continúa.
"Faltan jugadores que se lo pongan difícil. Están muy por encima del resto. Son extraordinarios, pero la clase media, la segunda línea, ha bajado de nivel: Safin se ha hundido, Agassi se ha retirado, Hewitt y Roddick han bajado el nivel... Nadal y Federer llevan un par de años demostrando que están un escalón por encima de los demás".
"Federer puede ganar el Grand Slam. Nadal es increíblemente duro en tierra", explica Borg
El tenis se convirtió en un deporte de impacto global al calor de varias grandes parejas de enemigos. Bjorn Borg le cerró el paso a Jimmy Connors. También, durante un tiempo, a John McEnroe. Los tres, como Ivan Lendl, Mats Wilander y Stefan Edberg, vivieron batallas extenuantes. Sus partidos, por brillantes, espectaculares y jugados en grandes escenarios, están hoy en los libros de historia. Siempre dejaron regusto a momento irrepetible y único. Especial. Justo lo que le falta a los encuentros entre Nadal y Federer, según Orantes. "Para llegar a ese nivel", comenta, "les falta tiempo y que sus partidos sean épicos, como el que jugaron en Roma. Es una rivalidad que tiene que consolidarse".
"Está cogiendo la forma de gran rivalidad", dice Conchita Martínez, campeona de Wimbledon en 1994. "Son el sueño de cualquier torneo. Los dos son buenísimos y juegan de diferente manera", continúa. ¿Piensa que les faltan rivales? "No. Tienen partidos difíciles, pero los acaban ganando. El nivel de juego, en general, es bueno, pero todavía no han encontrado la manera de ganarles. Pasará. Ahí están Djokovic, Murray...".
La cuestión no es menor. Hubo enfrentamientos que espolearon a sus protagonistas hasta convertirlos en mitos de su deporte. "La retirada de Borg es uno de los grandes remordimientos de mi carrera", ha explicado estos días McEnroe. "Nuestra rivalidad me hizo mejor jugador y me gusta pensar que a él también. Siento que yo hubiera mejorado si él hubiera seguido por aquí. Sigo pensando que apretó el gatillo demasiado pronto".
Borg, mientras tanto, apuesta por Federer. "Creo que puede ganar el Grand Slam", dice. "Nadal es increíblemente duro sobre tierra, especialmente a cinco sets, pero Roger tiene el juego, puede hacerlo. ¿Por qué no el año que viene? Sé lo desesperadamente que quiere ganar Roland Garros".
Los mejores ex tenistas se sienten más cercanos al suizo que al español. Federer ha adaptado muchos de los golpes del siglo XX al tenis de la era global. Le consideran uno de los suyos. Lo hace Goran Ivanisevic, que se entrenó ayer con Federer antes de la final, quién sabe si porque es zurdo como Nadal. Y lo hace Stan Smith, campeón de Wimbledon en 1972.
"Federer juega muy parecido a como lo hacíamos nosotros", explica el estadounidense, que estos días podía ser visto peloteando por las pistas del Aorangi Park. "Se parece a Ashe, a Edberg...", continúa. "Tiene fineza y fuerza. Lo importante es la mezcla. Mi ideal de jugador es Federer. En cierto sentido, es un clásico. Quizás, el mejor de siempre".
¿Y Nadal? "Sus claves son un espíritu positivo, un gran talento y su gran ética de trabajo. Si se mantiene sano puede lograr varios récords. Me gusta su actitud en general. Disfruta el juego y juega bien bajo presión".
John Newcombe admira por igual a Federer y Nadal. ¿Qué piensa del suizo? "No necesita un entrenador que le enseñe a golpear, sino a mirar a las pequeñas cosas", respondía durante el Open de Australia. "Necesita eso para mantenerse en la cima. Nadal es muy joven y ya le está empujando", añade.
Nadal tiene 21 años. Federer, 25. Los dos se han repartido el mundo. Si siguen luchando en finales de Grand Slam, formarán una de las grandes rivalidades del tenis. Y por eso cada vez que se cruzan juegan para la historia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.