"Es muy fácil para los chinos comprar empresas europeas"
Frank-Jürgen Richter es un europeo con una visión privilegiada de China. Después de estudiar y trabajar durante diez años para varias multinacionales en el lejano oriente, ejerció como director de asuntos asiáticos en el Foro Económico Mundial (Davos). Ahora, al frente de Horasis -empresa especializada en asesorar a grandes compañías de Asia y Europa-, organiza anualmente un encuentro entre directivos de las mayores empresas europeas y chinas. Frankfurt albergará la próxima reunión entre el 24 y el 26 de noviembre. Y para el año que viene, este alemán que domina el mandarín y el japonés piensa en alguna ciudad española. Recientemente estuvo en Madrid para conversar con directivos de Telefónica, BBVA, Santander, ACS y otras empresas. "Nos gustaría tener una buena representación española en Frankfurt", afirma.
"En el sector financiero europeo hay muchas oportunidades para los grandes bancos chinos, que quieren ser entidades de tamaño global"
Pregunta. ¿Debe Europa preparase para una invasión de empresas chinas?
Respuesta. Los aterrizajes de empresas chinas en Europa se van a multiplicar. Ya existe una gran inversión en pequeñas y medianas empresas, pero estas operaciones casi nunca salen en los periódicos. Si una compañía china compra, por ejemplo, una empresa fabricante de máquina-herramienta española o alemana, prefieren no hablar de ello. Ni siquiera las embajadas chinas reciben información al respecto y las empresas piden a los bancos de inversión que efectúan las operaciones que no hablen de ellas.
P. ¿Por qué?
R. No les gusta ser el foco de atención. Tienen miedo a los prejuicios antichinos, y les gusta trabajar de manera tranquila, e incluso oculta. Pero será imposible ocultar las grandes operaciones; por ejemplo, la compra de un banco europeo. En el sector financiero europeo hay muchas oportunidades para los cuatro grandes bancos chinos, que quieren convertirse en entidades de tamaño global. También en los sectores de la energía, las telecomunicaciones...
P. ¿Cómo cambiará Europa la llegada masiva de empresas chinas?
R. Lo mejor es que nos obligará a transformarnos, a no ser autocomplacientes y a demostrar que somos capaces de desarrollar nuevas industrias. Es lo que pasó hace 20 años en el Reino Unido, con Margaret Thatcher. Ella tuvo una visión: el país debía centrarse en el sector servicios y abandonar las manufacturas. Un importante factor competitivo para Europa es su potencia turística. Pronto veremos una gran oleada de turistas chinos visitando nuestros castillos, bebiendo nuestros vinos, disfrutando de nuestra gastronomía... y pagando buenos precios por ello.
P. ¿En qué sectores veremos grandes adquisiciones por parte de compañías chinas?
R. Las grandes empresas chinas quieren convertirse en multinacionales creando marcas fuertes. Un sector muy interesante para ellas es el automovilístico. Las empresas chinas del sector comenzaron a crecer mediante joint-ventures con multinacionales como Ford, General Motors, Volkswagen y Toyota. Ahora quieren desarrollar sus propios modelos y buscan la oportunidad de comprar en Europa; primero, fábricas de motores o de recambios, y después empresas enteras. Se habla mucho de que alguna empresa china va a comprar Jaguar, para entrar así en el mercado de lujo.
P. ¿Tan potentes son ya las empresas chinas?
R. Para las empresas chinas, la financiación es siempre muy fácil. Una vez que el Estado da su visto bueno a un proyecto, proporciona dinero barato rápidamente. Por eso es fácil para los chinos comprar empresas europeas. Otra novedad es la alianza entre las empresas chinas y los hedge funds. Los chinos llegarán de manera indirecta y los hedge-funds actuarán como camuflaje, haciendo el trabajo sucio de reestructurar las empresas antes de vendérsela a los chinos. Otra tendencia que vamos a ver en los próximos años es la siguiente: una empresa china compra una empresa europea sólo por quedarse con su marca y despide a la gente. En sectores tradicionales como el textil o la fabricación de zapatos los europeos ya no somos competitivos. Debemos centrarnos en las marcas de lujo, no en las marcas destinadas al gran público. Quizá en el futuro podamos seguir fabricando Rolls Royce, BMW o Mercedes Benz, pero no Volkswagen, Renault o Fiat.
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