Ayudas de 2.500 euros por cada nuevo hijo
El Gobierno se mueve con comodidad en el debate sobre su política económica. Así lo demostró el presidente desde el primer minuto del debate, con una batería casi inagotable de cifras y el habitual anuncio estrella, esta vez mucho más impactante que de costumbre.
Desde ayer, cada familia con residencia legal que tenga un nuevo hijo recibirá 2.500 euros, independientemente de sus ingresos. José Luis Rodríguez Zapatero la definió como la mayor medida de apoyo a la natalidad de la democracia. Tan optimista estaba el presidente que auguró el pleno empleo para la próxima legislatura. Los beneficiados por esta ayuda extraordinaria de 2.500 euros serán cerca de 500.000 familias [en España nacieron el año pasado 481.102 niños].
La iniciativa fue criticada por Josep Antoni Duran, de CiU, como "electoralista", porque se anuncia antes de que se apruebe el decreto, previsiblemente en el Consejo de Ministros del próximo viernes. La medida costará unos 1.200 millones de euros anuales. El PSOE ya propuso en 2002 una ayuda similar (3.000 euros por segundo hijo y 6.000 por tercero), pero después no la incluyó en el programa electoral.
Mariano Rajoy, en un discurso prácticamente sin cifras -sólo la encuesta del CIS que demostraría que los ciudadanos ven peor la economía al final de esta legislatura-, no concedió nada.
Después de desautorizar la propuesta de los 2.500 euros -en el programa del PP se prometían 3.000, recordó- Rajoy admitió algunos parámetros positivos pero atribuyó la autoría a la ola dejada por el PP. La economía ha crecido por encima del 3,5%, pero no por obra del Gobierno. "Aunque ese asiento [el del presidente] hubiera estado vacío, la economía española iría exactamente igual", llegó a decir Rajoy, quien sostuvo que Zapatero no ha tomado ninguna decisión económica y se ha limitado a continuar la política del PP porque "se lo encontró todo hecho". En la réplica, Zapatero le contestó estupefacto. "Eso de que sin el Gobierno la economía iría igual no lo dice ningún líder del mundo, simplemente porque es una tontería". "Es verdad, iría mejor", le gritaron desde la bancada del PP, menos revoltosa ayer de lo habitual -no así los socialistas, más protestones que de costumbre-, pero con insultos aislados al presidente de mediocre, mentiroso e indigno.
Rajoy, según le criticó Zapatero, no ofreció medidas que puedan conformar una alternativa. En su entorno explicaban que no era el lugar más adecuado y que los tiempos le forzaban a concentrarse en un asunto, y eligió ETA.
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