"El concurso beneficia a la Alhambra"

Falta ya muy poco para saber si la Alhambra de Granada forma parte de las siete nuevas maravillas del mundo. Esta iniciativa, que ha sido puesta en marcha por el millonario suizo Bernard Weber, tendrá su colofón el próximo sábado en Lisboa. Weber dará a conocer los monumentos ganadores fruto del sufragio global a través de votos por Internet, teléfono y SMS. Weber pide desde la web www.new7wonders.com que aquellos que quieran participar en la votación elijan a su candidato. La consejera de Cultura, Rosa Torres, estará el sábado en el estadio de la Luz de Lisboa para conocer cuáles son los monumentos elegidos.

Pregunta. El millonario suizo Bernard Weber ha puesto en marcha un sufragio global para elegir las siete nuevas maravillas del mundo. ¿Qué le parece la candidatura de la Alhambra?

"Con independencia de lo que ocurra en Lisboa, la Alhambra seguirá siendo una de las grandes maravillas del patrimonio universal"

"La Alhambra ha sido un símbolo de la convivencia entre musulmanes, cristianos y judíos en algunos momentos de la historia"

Respuesta. Me parece una posibilidad de fortalecer la difusión que a nivel global podemos hacer de uno de los conjuntos monumentales más excepcionales del mundo. Por su grado de conservación es el mejor ejemplo que queda en Occidente de la cultura nazarí. Este concurso beneficia a la Alhambra, con independencia de cuál sea el resultado final de la votación, de si estamos o no entre las siete nuevas maravillas del mundo.

P. Ha habido expertos que han cuestionado esta iniciativa. Por ejemplo,

Francisco Calvo Serraller, catedrático de Historia del Arte y antiguo director del Museo del Prado, considera que el concurso es "un disparate y una tontería" y que "la calidad artística no se mide por votación democrática".

R. En eso casi podría estar de acuerdo con Francisco Calvo Serraller. A nosotros lo que más nos enorgullece es la declaración de la Alhambra como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Esa declaración de Patrimonio de la Humanidad es nuestra seña de identidad. Nosotros hemos trabajado en la redacción de un plan director de la Alhambra con un horizonte hasta 2010 que nos sirva a nivel conceptual y de acción. Era muy difícil quedar al margen de una campaña a nivel internacional como la de las siete nuevas maravillas del mundo. Además, entendemos que las dos cosas no son contradictorias. No podemos desechar la posibilidad de difusión internacional que ha desencadenado esta campaña.

P. La Unesco se ha desmarcado de la "campaña mediática" emprendida por Weber y no avala las siete nuevas maravillas del mundo.

R. No sé si la Unesco ha manifestado esto. Creo que ha dicho que no existen las mismas posibilidades para todos porque la población civil de los distintos países no tiene las mismas posibilidades de acceso a estas votaciones. Teniendo claro que respondemos primero a sus criterios y que ninguna de las acciones va a incidir en el monumento, creemos que cumplimos con la preservación y conservación de la Alhambra, así como con su difusión. No creo que los granadinos hubiesen entendido que nos descolgáramos de esta iniciativa. Aparte del valor cultural, la Alhambra atrajo a 2,5 millones de visitantes en 2006, lo que significa una aportación muy importante a la economía.

P. El sistema elegido para la votación, con líneas telefónicas y SMS con costes superiores a un euro, ha levantado las sospechas de que Weber aumente su fortuna con su iniciativa.

R. Lo que conocemos de su objetivo es que parte de la recaudación revertirá en presupuestos para la conservación de monumentos que no cuentan con la capacidad que tenemos nosotros en relación a la Alhambra y para poner en marcha la declaración de los siete monumentos naturales del mundo.

P. ¿Qué cree que pasará el sábado?

R. No tenemos una previsión de qué pueda ocurrir. En el último recuento estábamos entre los puestos octavo y décimo. Además de las instituciones, muchas empresas, asociaciones y ciudadanos han hecho un esfuerzo especial para aumentar el número de votos. Con independencia de lo que ocurra en Lisboa, la Alhambra seguirá siendo una de las grandes maravillas con las que cuenta el patrimonio universal.

P. ¿Qué repercusión tiene este concurso para la Alhambra a nivel internacional y turístico?

R. Supone la posibilidad de que se alcance ese cupo de visitantes anuales que tiene el monumento con criterios de sostenibilidad. El cupo es de 3,1 millones de visitantes. En 2006 visitaron la Alhambra 2,5 millones. Este concurso puede ayudar a que acudan esos 600.000 visitantes más que la Alhambra puede recibir con criterios de sostenibilidad. Esos 600.000 visitantes pueden conocer que existe la Alhambra, aunque seguro que la mayoría la conocen, y, sobre todo, pueden tomar la decisión de visitarla cuando vean que la apoyan personas como los Reyes o el presidente del Gobierno, que han votado a favor.

P. Tras las primeras votaciones se elaboró una lista de 77 candidatos entre los que figuraban la Alhambra, la Mezquita de Córdoba, la Sagrada Familia de Barcelona y la Giralda de Sevilla. Un grupo de expertos eligió los 21 monumentos finalistas. Sólo la Alhambra pasó esta criba entre los monumentos españoles. ¿Por qué cree que el monumento granadino fue el elegido?

R. La Alhambra tiene una serie de valores que tienen que ver con el arte y la historia. Aparte de una arquitectura fascinante, la Alhambra tiene el valor de haber sido un lugar de encuentro entre distintas culturas a lo largo de la historia. La Alhambra ha sido un símbolo de la convivencia entre musulmanes, cristianos y judíos en algunos momentos de la historia. Ha sido fuente de inspiración para escritores como Washington Irving o Rafael Alberti. Ha sido capaz de inspirar a grandes nombres de la cultura nacional e internacional. La Alhambra es mucho más que los palacios nazaríes. Tuvo la fortaleza de que aquellos que la conquistaron no sólo la respetaron, sino que consiguieron aportar parte de su imagen, como se ve en el Palacio de Carlos V y en el Peinador de la Reina. Los reyes cristianos quisieron poner su imagen en la Alhambra.