Los pájaros levantan el vuelo

Para juntarse Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat hicieron una unión temporal de empresas (UTE) que llamaron Taller de Ultramarinos Finos. Pues bien, este taller se abrió ayer en Zaragoza, en el Pabellón Príncipe Felipe. Se inauguró a ritmo de rock, como si los dos cantantes hubieran renacido y recuperaran la mitad de sus años, Serrat tiene más de 60 y Sabina tiene 58. La primera canción tuvo letra de Serrat y ritmo de Sabina: Hoy puede ser un gran día. La voz cantante, en esa canción, la llevaba el de Jaén. Luego se iban a intercambiar las canciones de uno y otro como si fueran barajas. El público abarrotó el recinto y hubo gente por fuera.

La de Zaragoza de anoche es la primera actuación conjunta que realizan los dos músicos. Hoy actuarán de nuevo en la capital aragonesa y luego irán a 55 ciudades españolas y latinoamericanas. Sesenta conciertos, 40 temas y una larga historia detrás.

Taller de Ultramarinos Finos es el nombre de la empresa que han montado

Recorrerán 55 ciudades españolas y latinoamericanas en 60 conciertos

"Los dos son muy generosos", asegura el poeta Ángel González

Serrat decidió ir a vivir a Madrid después de meses de 'mail' y continuas reuniones

La larga historia de Dos pájaros de un tiro, que así se llama la gira -patrocinada por EL PAÍS-, es larga y tiene que ver con dos acontecimientos personales que juntaron a ambos artistas en la incertidumbre.

Sabina sufrió una afección cerebral y Serrat padeció un cáncer. Hablando los dos del espíritu que queda cuando surgen esas amenazas y se remedian, llegaron a la conclusión de que juntos podrían ser más felices. Juntaron sus dos empresas, hablaron hasta la saciedad de cómo debían acometer una gira conjunta y conjuraron un viejo maleficio que cultivan los músicos españoles: el de juntarse poco. Ahora era el tiempo de juntarse, a pesar de que uno y otro trabajan por su cuenta en un disco nuevo.

Repiten una experiencia singular, que juntó a Serrat con Víctor Manuel, Ana Belén y Miguel Ríos en 1996 en la gira El gusto es nuestro. Prácticamente después no ha habido ninguna experiencia de este tipo. ¿Cómo fue posible?

Ángel González, el poeta preferido de Sabina, tiene un poema en el que explica cómo fue posible que él fuera Ángel González. Parafraseando esos versos, José Emilio Navarro Viña, productor desde hace 35 años de Joan Manuel Serrat y desde hace ocho de Joaquín Sabina, explicaba anoche qué pasó "para que fueran dos". "¿Qué pasó? Que los dos son muy generosos". ¿Sólo generosos? "Sabían que éste era un buen momento para juntarse, lo hablaron durante mucho tiempo, se quitaron las reticencias uno al otro y fueron capaces de darse mutuamente sus mejores canciones".

A José Navarro lo llaman Berri. Antes del concierto, mientras ensayaban Hoy puede ser un gran día, Serrat le gritaba desde el escenario: "¡Navarro!". Berri está acostumbrado a pastorear a artistas y ayer tenía a dos de los más complicados. "Serrat es metódico, capaz de ensayar hasta la extenuación; cuida el detalle como si eso que canta fuera un cuadro que ya no se va a pintar otra vez jamás. Da gusto trabajar con él, pero te hace sudar". ¿Y Joaquín? "Tendrías que verlo improvisar. Tiene un don especial que le permite, sin ensayar, hacer lo que otros tardarían años en sintetizar".

Los artistas y el productor compartieron al inicio las mismas dudas; parecía, decía anoche Berri, que los dos públicos no eran el mismo, "y lo mejor de esta gira va a ser precisamente que los repertorios del uno y del otro serán como espejos, y se juntarán esos públicos para hacer uno solo". ¿Quién puso más? Se escribieron por mail, se reunieron constantemente, de manera casi obsesiva, hasta que Serrat se fue a vivir a Madrid, no sólo para ahorrar teléfono, sino para tener cerca al compinche que ahora vive con él bajo el título de Dos pájaros de un tiro. Se dice que Sabina es anárquico, y que ése era un temor que alimentaba incertidumbres en torno a la gira. "¡Anárquico! ¡Ésa es la leyenda!", bramaba Berri en medio del sonido de los ensayos. "Joaquín ha ensayado todo lo que ha ensayado Joan Manuel". Berri, que le conoce como si le hubiera parido, dice que hay un antes y un después de Sabina, y que el público lo percibe. "Esas 126 actuaciones de su última gira son ahora la base que permite pensar que en efecto Joaquín es otro. Ya lo verán".

Y para Berri, como productor, ¿qué ha supuesto poner en pie esta experiencia? "Para mí es como la tesis de la carrera".