Aventuras sin límite
A Martha Cooper le atrapa el paisaje urbano. Parte de la carrera de esta fotógrafa de Baltimore se ha desarrollado en las calles. Disparó sobre los graffiteros y los músicos de hip-hop antes de que existiera un término que definiera el género y que su cultura se extendiera fuera de las fronteras de Estados Unidos, pero justo antes de conocer al rey del Graffiti, Cooper publicó Street Play, un libro con 100 de las fotos en blanco y negro realizadas entre los niños de Nueva York a finales de los setenta. A través de sus retratos se percibe la devastación del Lower Eastside Manhattan, justo antes de iniciarse el proceso de transformación en una de las zonas cool de la ciudad.
A finales de los setenta,
STREET PLAY
Fotos de Martha Cooper
Texto de Carlos Mare
From Here To Fame Eastpak
Nueva York, 2007
120 páginas. 29,95 euros
Nueva York se hallaba casi en la bancarrota y el barrio, a juzgar por las fotos, era una zona desvastada. Cooper trabajaba entonces en el New York Post y solía tomar fotos de los chicos jugando con absoluta libertad en la calle casi a diario. Su localización favorita fue Alphabet City. Entre el vecindario no sólo se encontraban bandas callejeras y criminales de medio pelo, Martha Cooper supo rebuscar entre escombros, colchones desvencijados, alambradas y coches desguazados. Con ese paisaje de fondo, la fotógrafa centró su cámara en los niños que jugaban solos en la calle, dispuestos a sacar partido para sus aventuras sin límite de entre el desperdicio urbano. En ninguna de las imágenes se distingue ni un solo adulto. Hay retratos enternecedores como el de dos pequeños encojidos simulando dormir en un cochecito infantil, otros donde se percibe el peligro inminente e instantáneas captadas en pleno montaje de una chabola, construida con cartones y palos; un bar con botellas y latas viejas en el que abastecerse de bebidas o vehículos (go-carts).
El libro está ilustrado también con los textos de Carlos Mare 139 Rodríguez, antiguo morador del barrio, en cuya memoria persisten las ventajas e inconvenientes de jugar peligrosamente. "Cuidado en la calle", le decía su madre antes de perderle de vista. Hoy el barrio y el paisaje se ha transformado completamente. Nuevos edificios se han levantado en sus plazas, plagadas de pequeños restaurantes, tiendas de moda y artistas recorriendo sus calles.
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