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El Gobierno ensayará en los colegios un plan específico sobre víctimas del terrorismo

Las duras críticas recibidas obligan a retrasar a septiembre el texto de Educación para la Paz

La primera comparecencia conjunta en el Parlamento de los directores de Víctimas del Terrorismo, Maixabel Lasa, y Derechos Humanos, Jon Landa, se saldó ayer con una mejora del clima entre los representantes gubernamentales y la oposición con respecto a la presencia de este último en la Cámara en febrero pasado. El Ejecutivo va a llevar a las aulas una nueva experiencia piloto monográfica sobre las víctimas del terrorismo. La oposición, con todo, sigue manteniendo críticas y reservas, sobre todo sobre el Plan de Educación para la Paz, al que achaca poca concreción.

El PP destacó como positiva la puesta en marcha de un curso de posgrado sobre víctimas en la UPV, mientras que el PSE valoró que Landa prescindiese de toda contextualización del terrorismo en la existencia de un conflicto político en Euskadi y asumiera la necesidad de ir a las aulas para deslegitimarlo.

Landa anunció que el año próximo el Gobierno llevará a las aulas una experiencia piloto monográfica sobre las víctimas del terrorismo, que se realizará sobre la base de los materiales ya preparados por la Dirección de Víctimas. El titular de Derechos Humanos asumió sin tapujos que entonaba una autocrítica y que las duras acusaciones recibidas le han aconsejado retrasar hasta septiembre el cierre del borrador del Plan de Educación para la Paz.

Precisó que aborda ese trabajo desde el intento de hacerse eco de "algunas críticas sugeridas y de la clarificación de aspectos que han podido ser malinterpretados". Sólo tras ese segundo ensayo, superpuesto al más genérico realizado este año, estará el Gobierno en condiciones de hacer un planteamiento "unificado y contrastado" en materia de víctimas del terrorismo y educación por la paz. Sobre la base de ambas experiencias se concretarán los contenidos que se extenderán en el curso 2008-2009 a toda la red educativa.

Landa explicó que el borrador del plan de acción para dicho bienio que presentó en febrero ante la misma ponencia no era tal, sino una mera "plantilla de referencia", por lo que rechazó las críticas por inconcreción y generalismo.

El director de Derechos Humanos se esforzó en resaltar que las diferencias están en los medios y no en el objetivo, compartido por todos, dijo, de deslegitimar en las aulas el uso de la violencia, incluyendo para ello que los alumnos conozcan las experiencias y testimonios del sufrimiento de las víctimas. La unidad ya ensayada, afirmó, no sustituye a la que había preparado la dirección de Lasa, sino que constituye su marco y "da un primer paso que permite abordar el segundo con más luz, seguridad y eficacia". Landa abrió con ello la puerta al proyecto de la Dirección de Víctimas, que había quedado esquinado. Destacó que el Gobierno en su conjunto otorga un papel "central" al testimonio de las víctimas, pero no se comprometió con una fórmula concreta para llevarlo a las aulas, aunque tampoco descartó, como sí hizo en febrero, su presencia directa ante los escolares.

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Ambas direcciones han realizado en los últimos meses un esfuerzo de convergencia de sus planteamientos, que quisieron sellar ayer con la comparecencia conjunta de sus responsables ante los parlamentarios. Maixabel Lasa no eludió reconocer las diferencias ni recordar, en presencia de Landa, que el testimonio de las víctimas en las aulas tiene "el grado de compromiso gubernamental" dentro del Plan de Paz y Convivencia aprobado por el Ejecutivo en mayo de 2006.

"Atonía social"

"La educación para la paz tiene que desarrollarse a través de la confrontación con las situaciones de violencia y éstas se muestran en toda su crudeza precisamente en las víctimas. De ahí el enorme valor pedagógico de su testimonio", defendió la directora, en lo que constituyó una respuesta diferida en varios meses a la afirmación de Landa en el mismo foro excluyendo esa presencia directa bajo el argumento de que resultaría "demasiado abrupta". Lasa no dio por hecho, con todo, que las diferencias vayan a saldarse de modo satisfactorio. "El tiempo nos dirá si somos capaces", destacó.

Lasa expresó su particular preocupación por la "atonía social" ante los actos locales de reconocimiento a las víctimas. "El miedo y la indiferencia no pueden explicar por sí solos este retraimiento", que achacó, en una llamada de atención a los partidos y las propias asociaciones de víctimas, a "la trifulca que ha presidido la discusión pública sobre la lucha antiterrorista". "La reyerta dialéctica debilita la fortaleza moral del Estado de Derecho", advirtió.

Cinco millones de euros

La comparecencia de ayer sirvió también para concretar el presupuesto del Plan de Educación para la Paz, que estará dotado con cinco millones de euros. Las asociaciones de víctimas contarán este año con 400.000 euros, 160.000 más que en 2006. Se fijan nuevas ayudas para acompañar a las víctimas a juicios en la Audiencia Nacional y para las asociaciones de otras autonomías.

Entre las nuevas medidas de inmediato cumplimiento está el título propio de posgrado en materia de víctimas que la UPV impartirá a partir del próximo curso, y del que se hará cargo el Instituto Vasco de Criminología. Esta medida fue especialmente saludada por el PP.

Este partido criticó, sin embargo, el borrador de la Ley de Solidaridad. Su portavoz, Santiago Abascal, pidió que se descargue de "la morralla verbal del Plan de Paz y Convivencia del lehendakari".

El socialista Rodolfo Ares anunció que su partido exigirá que ese texto legal deje claramente establecido que las víctimas de ETA lo fueron "por defender la libertad y la democracia, por plantar cara al terrorismo y enfrentarse al totalitarismo de quienes lo apoyan y justifican".

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