Desarticulada una red que traficó con 6.000 mujeres rusas

La policía ha desarticulado una organización criminal que operaba entre Rusia y España, dedicada al tráfico de mujeres para su explotación sexual. Unas 6.000 mujeres han pasado por sus redes. Los agentes han detenido a 21 responsables de la organización, que poseía locales en Almería, Granada y Lleida. Además, 67 mujeres localizadas en la operación serán expulsadas del país al encontrarse en situación irregular.

Los agentes de la UCRIF del Cuerpo Nacional de Policía han detenido entre los 21 proxenetas al capo de la red, Artur F., alias Zakirov. Él se encargaba de enviar a las chicas a los locales intervenidos y a muchos otros de la provincia de Almería, e intermediaba entre la parte de la organización que operaba en Rusia y la que estaba en España. Tanto Zakirov como otros seis miembros de la red ingresaron ayer en la prisión provincial de El Acebuche, en Almería. Están acusados de delitos de tráfico ilegal de personas con fines de explotación sexual, contra el derecho de los trabajadores, y de coacción a la prostitución, al apoderarse del 50% de las ganancias generadas por las mujeres.

Durante los tres años que ha operado esta red, los investigadores han podido concretar envíos de dinero a Rusia, a través de diversas agencias, estimados en un millón de euros. Se trata de la segunda fase de una operación contra la explotación sexual de mujeres rusas que ya en el pasado abril se saldó con la liberación de 50 jóvenes en cinco locales de alterne de El Ejido y Roquetas.

Los 21 detenidos que ya han sido puestos a disposición judicial se enfrentan hasta a 10 años de cárcel. Mientras, las chicas han sido internadas en los Centros de Internamiento para Extranjeros de Valencia y Algeciras, al carecer de documentación. La operación sigue abierta en Rusia, donde las autoridades trabajan para localizar a los responsables de la captación de estas mujeres.

Las 67 jóvenes trabajaban en tres locales de alterne ubicados en El Ejido y Vícar y estaban consideradas prostitutas de "alto nivel", según fuentes de la investigación. Algunas de ellas vivían hacinadas en pisos de dos dormitorios que eran compartidos hasta por nueve mujeres y cuyo inmueble era proporcionado por los miembros de la red y dueños de los establecimientos. Dentro de los clubes eran obligadas a estar semidesnudas a la espera de la llegada de clientes.

El dinero obtenido por las mujeres en el ejercicio de la prostitución era remitido a su país por distintas personas integrantes de la infraestructura en España y allí era blanqueado en distintas inversiones. Las investigaciones realizadas por la UCRIF central, iniciadas el pasado noviembre, han permitido identificar en Rusia a 39 personas relacionadas con estas actividades. Uno de los responsables, Sergei K., fue arrestado en Ucrania en fechas recientes en virtud de una orden internacional de detención para extradición, emitida por las autoridades judiciales de Bélgica.

La mayoría de las mujeres controladas por esta red eran captadas en Rusia a través de agencias de viajes y supuestas agencias de modelos, informó la policía. Las atrayentes ofertas de trabajo creaban unas expectativas razonables en jóvenes rusas, que deseaban trabajar en el extranjero. Al llegar a Europa sufrían una gran frustración al ser recluidas en burdeles, en donde eran objeto de amenazas, coacciones y malos tratos.