El blindado español aún carecía de inhibidores contra coches bomba

Duelo y estupor en la base Miguel de Cervantes, cuartel de las tropas españolas en Líbano, tras el ataque que costó el domingo la vida a seis soldados. Se trata del primer atentado contra los cascos azules de la ONU desde su despliegue en septiembre.

"Habíamos aumentado la seguridad, pero no se nos pasaba por la cabeza que algo así pudiese ocurrir", admite el portavoz del contingente, el teniente coronel Carlos Ruiz de la Sierra. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, anunció ayer que acelerará la instalación en los vehículos de inhibidores de frecuencia para neutralizar bombas activadas a distancia, de los que carecían los blindados atacados. Defensa ordenó en noviembre la instalación de 90 inhibidores en los vehículos de Líbano, pero la empresa contratada empezó a entregarlos el 30 de mayo, por lo que aún están en instalación.