El descarrilamiento del Euromed ha afectado a 165.000 usuarios de Renfe
Unos 550 trenes de cercanías, media y larga distancia se cancelaron o sufrieron retrasos
Tras el descarrilamiento de un Euromed el pasado viernes, Renfe recuperó ayer la normalidad, lo que significa que el servicio funcionó con el habitual amontonamiento de pasajeros en horas punta y los repetidos retrasos de 5 y 10 minutos en buena parte de los trenes. Los usuarios afirmaron estar ya hartos de aguantar un servicio que consideran pésimo. El número de afectados hasta el domingo es de más de 165.000. Unos 550 trenes de las líneas C-2, C-10 y de media y larga distancia se cancelaron o sufrieron retrasos, que en algunos casos llegaron a las tres horas.
El bloqueo de las vías entre Sants y Gavà afectó el viernes a unas 80.000 personas y 250 trenes. El sábado el gran desaguisado supuso contratiempos para 50.000 usuarios y 180 convoyes, que se anularon o circularon con demora. Coincidiendo con la verbena de Sant Joan, muchos ciudadanos optaron por trasladarse mediante otro sistema de transporte ante la inoperancia del servicio ferroviario. El domingo se añadieron otras 35.000 personas, mientras que 120 trenes sufrieron alteraciones. Pero los usuarios reclamaron poco, desalentados por las largas colas frente a los mostradores. El viernes se efectuaron 12.585 devoluciones a través del billete exprés, el sábado sólo 1.068, y el domingo, 829. En todo el mes de junio 28.157 personas han reclamado este nuevo derecho.
El sistema de transporte alternativo con autobuses se mostró insuficiente. Conscientes de ello, los propios responsables de Renfe pidieron a los usuarios que optaran por otras vías para realizar sus desplazamientos. Tampoco fue suficiente la información a los pasajeros, que de nuevo tuvieron que deambular por las estaciones en busca de explicaciones.
Autobuses en previsión
Ayer se recuperó la anormal normalidad de cada día. Los trenes volvieron a circular desde primera hora de la mañana por el tramo entre Sants y Gavà que el viernes había quedado fuera de servicio. Con las tres vías finalmente disponibles, la línea C-10, interrumpida durante tres días, realizó todos sus servicios al aeropuerto. También funcionó la C-2 sur entre Barcelona y Sant Vicenç de Calders, que en la tarde del domingo ya recuperó su frecuencia habitual. Renfe mantuvo unos 70 autobuses preparados por si ocurría algún imprevisto. Como el del domingo, cuando la operadora y Adif aseguraron que se recuperaría parcialmente la normalidad. A la hora de la verdad, en poco tiempo la red se congestionó y se volvió a suprimir la C-10 al aeropuerto sin previo aviso, ante el estupor de los pasajeros. Ayer también continuó activo el dispositivo especial de información, con 124 personas distribuidas en las estaciones.
Los trenes de media y larga distancia volvieron a utilizar el corredor del Mediterráneo, en vez de ser desviados por la línea de Vilafranca, como sucedió en los tres días anteriores. Las líneas C-3 y C-7, cuyo trazado se había interrumpido a la entrada a Barcelona, recuperaron su recorrido hasta L'Hospitalet.
En El Prat, unos 100 operarios trabajaron hasta el último momento en el restablecimiento de los 200 metros de vía y 400 de catenaria que el viernes quedaron completamente destrozados por el descarrilamiento del Euromed.
Frente a unos usuarios cada vez más cansados, Renfe admitió el cúmulo de despropósitos que alteran el funcionamiento de la red: "Hay una situación problemática porque han coincidido varios factores: las obras del AVE, que afectan a la C-2 y además limitan el número de viajes en la entrada sur a Barcelona; el hecho de que las infraestructuras ferroviarias son viejas y hay mayor riesgo de que sufran averías, y la falta de canales directos de información a los pasajeros", explicó el director de Cercanías, Miguel Ángel Remacha.
Las aglomeraciones se resolverán, en opinión de Remacha, a finales de 2007, cuando se duplique la capacidad de todos los trenes con la incorporación del doble de vagones por convoy. "En seis meses hemos duplicado la capacidad de 14 trenes. En diciembre habrá otros 22", dijo. Pero en la línea C-2 la medida no será suficiente, puesto que la demanda es más importante. En este caso, hasta 2008 no se incorporará un nuevo tren por hora y sentido. Las vías tendrán capacidad para ello porque los trenes de larga distancia utilizarán las del AVE.
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