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Reportaje:

Cuatro museos en uno

Agricultores ecológicos y horchateros convierten una alquería en un espacio sobre la historia de la bebida y de L'Horta

Ignacio Zafra

Dicen que durante siglos la importancia de una alquería podía medirse por las veces que sus carros debían ceder el paso en los caminos. Y cuentan que en L'Horta Nord hubo un carro, el de la alquería del Magister, en la huerta de Alboraia, que no tuvo que detenerse nunca. La masía, levantada en torno a una antigua torre árabe, dicen que del siglo XI, era la residencia de un alto cargo eclesial de la Catedral de Valencia. Y continuó perteneciendo a la Iglesia hasta el siglo XIX, cuando la desamortización puso la propiedad en manos de la familia Vargas. La finca se acaba de reconvertir en el Museu de l'Orxata. Aunque eso no es del todo exacto.

"La idea es que sean cuatro museos en uno", comenta Paco Planells, uno de los tipos que está detrás de la iniciativa. La alquería contiene un espacio dedicado a los usos y costumbres de la huerta, un mundo que desaparece a la misma velocidad que crecen los ladrillos; 32 hectáreas de tierra de labranza que serán utilizadas como granja escuela para chavales y niños en materia de agricultura ecológica. Y luego está la alquería, que es visitable y puede considerar casi un monumento en sí mismo.

Descubrieron que la chufa valenciana y la huerta afrontaban un futuro común

La organización del museo descansa sobre la familia propietaria, un grupo de agricultores ecológicos y la empresa de carritos Món Orxata. Unos y otros descubrieron que la chufa valenciana y la huerta afrontaban un futuro común y poco prometedor debido a la fiebre urbanística.

Todo es todavía incipiente. La parte dedicada a la horchata es de momento pequeña. Muestra la evolución en la producción de una bebida que está mucho más extendida de lo que la gente cree. En Mallorca la elaboran con almendras, en México con arroz y en Cuba con maní. La palabra proviene del latín y significaba leche de cebada. En ningún otro lugar, sin embargo, se hace con el tubérculo de la Cyperus esculentus, la chufa. Una planta introducida en Valencia, al parecer, por los árabes y que el agricultor Enric Navarro asegura que su cultivo está documentado en Oriente Medio y en el Antiguo Egipto, hace 4.000 años.

Pueden verse en el museo los instrumentos utilizados en la siembra y en la recolección antes de que el proceso fuera mecanizado. Fotografías de la vieja tria, la selección de las chufas aptas para hacer la bebida, que las mujeres realizaban alrededor de una mesa durante días enteros. Y de cómo se quitaban las impurezas nada más recogerlas sumergiéndolas en las acequias de riego.

En los campos de alrededor se han plantado tomateras, coles, albaricoques, nísperos y otros productos típicos de la comarca. Han empezado a llegar las ocas y las cabras, se espera a los burros y al tipo de caballos utilizados tradicionalmente en la huerta. Y se ha reservado el espacio en el que se dispondrán las "barracas didácticas" donde se realizarán talleres para escolares a partir de septiembre.

En la sala de L'Horta se exhiben antiguos aperos de labranza y fotografías con escenas del campo y las poblaciones del entorno desde el siglo XIX, que están todavía pendientes de inventariar, y que se espera ir incrementando con donaciones. Es también el último punto de la visita, donde a los visitantes se les ofrece horchata y fartons.

Antes de llegar ahí, sin embargo, hay que recorrer el laberinto de la alquería. Entre estas paredes se grabó la serie para la televisión sobre Blasco Ibáñez, y parece que se haya detenido el tiempo. La cocina sigue teniendo los mismos azulejos de Manises que en el siglo XVIII y la capilla, que está unos metros por debajo del nivel del suelo, conserva mobiliario del XVII. Falta también subir por la escalera de caracol hasta lo alto de la torre. Desde allí, una antigua torre de vigía, se pueden distinguir Alboraia, Almàssera, Meliana, Albalat, Museros, Foios, Albuixec, incluso la loma en la que se levanta Rocafort y, claro, la metrópolis y el mar. Tapado este último por una fábrica de piensos que se levanta todavía inexplicablemente en medio de la huerta, junto a la vía del ferrocarril que ya no utiliza, cuando hay un polígono industrial a escasos kilómetros.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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