Dos nuevos cortes en la línea férrea del aeropuerto provocan la irritación de los pasajeros

Renfe y Adif lo intentaron, pero ayer no pudieron cumplir con el compromiso anunciado de restablecer la línea del aeropuerto: fue cortada dos veces. La confusión creada provocó de nuevo la irritación de los pasajeros. Renfe y Adif aseguraron ayer que a primera hora de esta mañana el servicio de Cercanías funcionará con total normalidad. Los operarios de las dos compañías trabajaron intensamente hasta el último momento en la reparación de las vías y de la catenaria afectadas por el descarrilamiento de un Euromed en El Prat el pasado viernes.

Renfe había asegurado que restablecería ayer la conexión al aeropuerto y, de forma parcial, la C-2 entre Maçanet y Sant Vicenç de Calders. Pero a la hora de la verdad los usuarios se encontraron con otro percal. El tramo afectado por el descarrilamiento, que hasta ayer sólo disponía de dos de las tres vías habituales, no pudo absorber el paso de todos los trenes. Esta situación derivó en una gran congestión de las dos líneas que obligó a suspender la C-10 al aeropuerto y a restablecer el servicio alternativo de autobuses.

A primera hora de la mañana, siguiendo lo previsto, la C-2 empezó a funcionar al 75% de su capacidad, con tres trenes por hora y sentido. El servicio alternativo de autocares se encargó de reemplazar el 25% restante.

La C-10 funcionó con la frecuencia habitual. Pero pronto empezaron los problemas. Primero con pequeños retrasos, que fueron haciéndose cada vez más importantes. En los andenes los usuarios esperaron infructuosamente el paso de los convoyes. Las demoras se fueron acumulando, hasta que a las 10.30 horas Renfe anunció que de nuevo suprimía la línea C-10 al aeropuerto.

Se optó así por priorizar el funcionamiento de la línea C-2, con el fin de que al menos estos trenes recuperaran una frecuencia aceptable. Esta situación se mantuvo hasta las 13.00 horas. En Sants, los usuarios que ya habían subido a un tren con destino al aeropuerto tuvieron que bajar y encaminarse hacia los autobuses. En otras estaciones, las personas que habían esperado sin éxito el paso de un convoy se exasperaron cuando por fin se les comunicó mediante megafonía que debían coger el autobús.

A mediodía, recuperada cierta normalidad, Renfe y Adif volvieron a desempeñar el servicio inicial. Pero dos horas después, ante el previsible alud de viajeros de retorno a Barcelona tras el fin de semana de Sant Joan, la operadora optó por modificar de nuevo sus planteamientos. A partir de las 16.00 horas, se volvió a suspender la C-10. Por el contrario, se optó por dar a la línea C-2 la frecuencia habitual de un día festivo, con el paso de cuatro trenes por hora y sentido. Esta situación se mantuvo hasta última hora.

Por otra parte, durante todo el día los trenes de media y larga distancia continuaron desviándose por la línea interior de Vilafranca del Penedès y sufrieron retrasos de entre 30 y 45 minutos.

La C-3 entre L'Hospitalet de Llobregat y Vic mantuvo el final de recorrido en Sant Andreu Arenal, mientras que la C-7 entre Martorell y L'Hospitalet recortó también su recorrido en Montcada Bifurcació. Los pasajeros, que a estas alturas de la película sufren con resignación todos los inconvenientes, tuvieron que hacer trasbordo a la línea C-4 para continuar su viaje.

Los técnicos de las dos compañías concluyeron por la tarde el montaje de la vía. Prosiguieron con la habilitación de las instalaciones de seguridad y de comunicaciones, el restablecimiento de la catenaria y las pruebas finales para comprobar que todo funcionara correctamente. "Se está trabajando según todo lo previsto para que mañana [por hoy] se normalice el servicio", explicó una portavoz de Adif.

El Departamento de Política Territorial mantuvo el refuerzo de las líneas de transporte regular de viajeros entre el Garraf y Barcelona y entre Vilanova i la Geltrú y Vilafranca del Penedès para paliar las deficiencias del transporte por ferrocarril. Ambas líneas funcionaron con una frecuencia equivalente a la de un día laborable.