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Entrevista:Alfredo Suárez Canal | Conselleiro de Medio Rural

"Quedan 3.500 fuegos de 2006 sin detenidos ni imputados, según los datos de la Guardia Civil"

Asegura que las nubes de estos días son los mejores peones para luchar contra el fuego y confía en que sigan echando una mano. El conselleiro Alfredo Suárez Canal afronta la campaña de verano con "más y mejores medios" que el año pasado y sin miedo a que una oleada de incendios se lleve por delante sus proyectos a largo plazo para el medio rural. "La peripecia de un político es menos importante que la riqueza y el futuro del país", concluye.Tiene pocas ganas de polemizar con las fuerzas de seguridad y la Fiscalía sobre tramas incendiarias, pero Alfredo Suárez Canal (Allariz, 1951) recuerda que, según los datos de la Guardia Civil, en 3.500 fuegos del año pasado no hay imputados ni detenidos. El conselleiro nacionalista de Medio Rural garantiza que Galicia está hoy "mejor preparada que hace un año" para hacer frente a los incendios y advierte de que las políticas estructurales resultarán a medio plazo. Suárez Canal, en una entrevista mantenida en gallego, alega que el cambio en el monte es "ya irreversible". Su objetivo es acabar en ocho años con los fuegos provocados o negligentes. Sus cuentas de matemático pronostican que en ocho años se pasará de 10.000 fuegos anuales a menos de 1.500.

"Al PP le digo que es momento de arrimar el hombro y de decirle a los incendiarios que vamos a por ellos"
"Con nuestras políticas en siete u ocho años desaparecerán los fuegos negligentes o intencionados"
"El mayor logro del bipartito es que se ha acercado al ciudadano y eso en el futuro ya no tiene vuelta atrás"
"La Consellería tiene trabajo por hacer en los incendios, pero también la Guardia Civil y la Fiscalía"

Pregunta. Ha llegado el verano y con él la campaña contra incendios. ¿Está mejor preparada Galicia para hacer frente al fuego?

Respuesta. Sin duda. Mantenemos la estructuración por distritos y el personal, pero hay elementos nuevos: una importante política de prevención, la limpieza alrededor de núcleos de población y en infraestructuras y el refuerzo en las brigadas de vigilancia, que se van a duplicar. Hay refuerzos en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, patrullas móviles del Ejército de vigilancia disuasoria y un contingente de voluntarios para que tengamos más ojos vigilando. Además articulamos convenios con las comunidades de montes para ponérselo más dificil a los incendiarios. El dispositivo de extinción tendrá más personal, y medios técnicos más modernos para combatir los incendios. Hicimos los deberes, estamos mejor preparados.

P. El informe final de la Guardia Civil contradice las tesis oficiales sobre la oleada de agosto.

R. El informe no aporta novedades que no se hubieran publicado ya. La Guardia Civil ya informó de la calificación de los detenidos y de que según sus datos no existía ninguna trama. Los cuerpos de seguridad y los jueces son los responsables de calificar a los detenidos. El dato significativo es que el informe habla de un número muy alto de delitos, de incendios intencionados, y los imputados son una cantidad muy irrelevante, hay gran cantidad de fuegos que siguen sin tener imputados ni detenidos. En ese terreno todos debemos trabajar mas. Hay una cifra llamativa: el año pasado hubo más de 3.500 incendios que para la Guardia Civil son intencionados y que no tienen imputados. Todos tenemos mucho trabajo por hacer, la Consellería, la Guardia Civil y la Fiscalía, todos.

P. La investigación concluye que los fuegos se originaron donde siempre y que el viento los llevó hacia las casas y las infraestructuras.

R. Insisto, no ofrece datos nuevos y no tengo ningún interés en polemizar con las fuerzas de seguridad o la Fiscalía porque además no es bueno para la lucha contra el fuego. Lo importante es trabajar para solucionar el problema, todos tenemos cosas por hacer.

P. ¿Cual es su diagnóstico de lo que pasó el año pasado?

R. En 12 días se dieron un cúmulo de circunstancias climatológicas muy adversas y continuadas, una concentración de fuegos en Pontevedra y A Coruña que no tenía precedentes. Incendios que empezaban en el interior de una masa boscosa, muy próximos a las casas y que enseguida se convertían en un problema de orden público. Y el monte, que nunca se había limpiado, estaba en una situación de grave abandono. Hoy estamos mejor preparados, tenemos herramientas informáticas que nos ayudan a predecir con un grado de fiabilidad aceptable, las condiciones meteorólogicas. Pero hay cambios estructurales que requieren tiempo. Empezamos a limpiar, aprobamos una ley que obliga a administraciones y empresas y que pretende revalorizar el monte. Tenemos planes para aprovechar la biomasa con la instalación de siete plantas. Actuamos en una doble vertiente, para hacer frente a lo inmediato, pero también para que en un horizonte de siete años los incendios debidos a la actuación intencionada o negligente del hombre desaparezcan.

P. Un verano como el del año pasado daría al traste con esos planes. Este gobierno y este conselleiro no lo soportarían.

R. Las medidas estructurales están por encima de la peripecia política de un conselleiro. Hablamos de riqueza para el país y eso es más importante que la coyuntura política actual. Pretendemos una ley de montes pactada con el sector. Estamos sentando las bases del futuro monte gallego que ya no tienen marcha atrás porque esto no podía seguir como estaba.

P. ¿Qué papel debe jugar la oposicion en los incendios? Usted en el Parlamento fue muy duro contra las políticas del PP.

R. Mucha gente olvida que al PP se le quemaron 500.000 hectáreas, y ellos no interiorizaron esos adjetivos que nos dedicaron el año pasado. Yo pocas veces critiqué la política de extinción del PP, llegué a hacer valoraciones positivas aunque cuestioné la política de prevención y la falta de ordenación del monte que lo convirtió en un polvorín. Yo le diría al PP que con la extinción no es bueno polemizar. Podemos discutir pero con propuestas encima de la mesa sobre la prevención o sobre la planitifación del dispositivo. Me sorprende que un partido que sabía que en 2006 no se cambió el dispositivo, sino que aprovechamos el que había, no se sintiese involucrado porque eso era parte de lo que diseñaron ellos. Y en el aspecto de la extinción si el dispositivo que diseñaron funciona bien o mal dependiendo de quien es el responsable político, eso debería hacer reflexionar a alguien. Se equivocan intentando hacer carnaza. Quiero mirar adelante. Los expertos dicen que es negativo crispar a la sociedad. Este tema o lo resolvemos entre todos o será complicado.

P. ¿Aguarda un cambio de postura del PP?

R. Lo espero. Todos deberíamos tener claro que hay tiempo para la crítica, y otro para colaborar. Ahora es el momento de arrimar el hombro y de que la sociedad le diga a los incendiarios que vamos a por ellos.

P. Usted creó una sociedad pública como Tragsa a la que tanto criticó.

R. No es cierto. Propuse al PP una empresa como ésta en 1995 desde el Parlamento. Defiendo que la Xunta tenga instrumentos para actuar en circunstancias excepcionales. Los tienen todos los gobiernos y en nuestro caso es más necesario porque hay un ingente trabajo por hacer en reforestación y silvicultura. El sector privado no dará abasto con todo. Debemos aspirar a que los incendios se reduzcan en número y en superficie y a no tener 5.000 personas dedicadas a la extinción. Con un colectivo bien dotado de medios y un número de incendios más reducido, los trabajadores fijos y discontinuos deben ser suficientes. Los demás deberían dedicarse a otras actividades. Necesitamos un instrumento de actuación en el monte. La flexibilidad para realizar distintos trabajos es muy difícil desde la relación administrativa.

P. También recibió protestas por la contratación de la Xunta.

R. Nosotros negociamos con los sindicatos mejoras en las condiciones de trabajo para la extinción. Hicimos una oferta que se situaba próxima al 15% de incremento en la masa salarial. A los fijos discontinuos que tenían garantizado seis meses se les ofrecían nueve. Dos de los cuatro sindicatos firmaron. CSIF y Comisiones Obreras reclamaron y el Juzgado de lo Social determinó que no podíamos firmar un acuerdo con sólo dos sindicatos. Eso impidió que el resto de trabajadores se beneficiasen, a pesar de que 900 de 1.500 estaban de acuerdo. Nosotros cumplimos la sentencia y por eso volvimos a la situación anterior. No nos cerramos a dialogar, pero nuestra prioridad es acabar con el fuego.

P. Propuso medidas estructurales como el banco de tierras o las unidades de gestión, ¿Cómo las ha recibido el sector?

R. Bien, la atomización de la propiedad no puede ser disculpa para no ordenar el monte. Las unidades de gestión traerán inversiones importantes al monte gallego. Hay un problema de minifundio y no podíamos seguir como espectadores pasivos. El banco de tierras es otro instrumento. Ha levantado gran expectación no sólo entre quienes necesitan terrenos también entre los propietarios que quieren garantías para alquilar. Desde septiembre actuaremos en cuatro zonas piloto sobre 10.000 hectáreas de tierra.

P. Anuncian subvenciones para que los jóvenes vuelvan al rural. ¿Tiene objetivos concretos?

R. Pretendemos incorporar a 5.000 jóvenes a la actividad agraria o ganadera en esta legislatura. En el primer año 1.100 personas solicitaron las ayudas.

P. El precio de la leche ha subido por fin, ¿Empiezan a tener buenas noticias los ganaderos?

R. Hay datos razonablemente buenos. El precio es uno pero hay otros. Galicia lidera la producción y mientras otros territorios bajan, nosotros crecemos. El año pasado ahorramos a los ganaderos 22 millones en la cuota láctea. Y se redujo el diferencial del precio con el resto del Estado en un tercio en año y medio.

P. ¿Cómo valora los dos años de Gobierno bipartito? Algunos sectores de la izquierda piden cambios más drásticos.

R. Los ritmos y los tiempos dependen de muchos factores. Dieciséis años de una determinada gestión generan inercias que requieren un tiempo para ser modificados y mejorados porque no se trata de cambiar por cambiar. El balance es razonablemente satisfactorio.

P. ¿De qué medidas se siente más orgulloso?

R. Del cambio en la relación del poder con el ciudadano; hay mayor diálogo y proximidad. Los cambios que consolidan parcelas de libertad son irreversibles. Y hay logros en el ámbito del bienestar, de la vivienda, la industria y la educación en los que se ven pasos consolidados.

P. ¿Cómo valora los resultados del BNG en las municipales?

R. Son razonablemente satisfactorios. Lo esperable se superó con creces teniendo en cuenta el actual ciclo político. Se ha consolidado un mapa político con tres partidos que tienen un apoyo muy consistente. Doblamos el número de alcaldías e incrementamos el número de concejales, con un número de votos muy similar al de otras circunstancias.

P. Vamos, que el poder no le sienta mal al Bloque.

R. No le sienta mal a nadie. Pero para nosotros no es un fin sino el instrumento para transformar Galicia. Otra cosa es el uso que se hace del poder que puede ser contraproducente. Los resultados electorales son muy relevantes, pero el poder no se puede ejercer pensando en eso sino uno se equivoca. Hay que ejercerlo en función de un proyecto y un programa. Hay que esperar buenos resultados, pero mal asunto quien ejerce el poder pensando en las urnas. Se estará equivocando.

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