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Reportaje:

Prevenir para no curar en Sant Joan

Un gran dispositivo de seguridad velará por que no haya incidentes en una noche de fuego, alcohol y aglomeraciones

Ha empezado la cuenta atrás para la verbena de Sant Joan y la Administración reduplica sus esfuerzos para prevenir incidentes en una noche en la que se combinan fuego, consumo de alcohol, carretera en algunos casos y grandes aglomeraciones de gente. Un enorme dispositivo de seguridad que implica en Barcelona a Bomberos, Mossos d'Esquadra, Guardia Urbana, Cruz Roja y servicios sanitarios se desplegará sobre un guión ya escrito y que apenas sufre variaciones con el paso de los años.

El año pasado se acercaron a las playas de Barcelona unas 110.000 personas, y este año el Ayuntamiento calcula que la cifra será similar. Las autoridades municipales saben que un año más el litoral se convertirá en un largo y arenoso botellódromo. Pero la noche es mágica y Sant Joan es una de las excepciones previstas en la Ordenanza Cívica a la prohibición de consumir alcohol en espacios públicos.

Voluntarios de la Cruz Roja trasladarán a las playas el programa Som.Nit, para informar a los jóvenes sobre los riesgos asociados con el consumo de alcohol y otras drogas. Además, desplegarán un equipo de médicos, enfermeras y socorristas para velar por la seguridad de las personas que allí se concentren.

Sí estará prohibida la venta ambulante de bebidas, aunque parece poco probable que la Guardia Urbana logre detener la avalancha de lateros que tratarán de hacer su agosto particular en la playa y en el centro de la ciudad. Ayer por la tarde la Guardia Urbana intervino 4.500 latas y 720 botellas de litro de cerveza preparadas para su venta. El material se decomisó en un local de la calle de Carretes, en el Raval. Durante la verbena de 2006 los agentes se incautaron de 30.000 latas.

Para los que les moleste la arena, esta noche también será especial. Precisamente este sábado entra en vigor la Orden de Horarios aprobada en mayo por la Generalitat, que autoriza a los bares y discotecas a abrir hasta las seis de la mañana. Además, algunos Ayuntamientos como el de Barcelona esta noche, y como una excepción, permitirán a los locales abrir hasta las siete.

La ciudad también será el escenario en el que arderán 17 hogueras repartidas en los distintos distritos. Cada barrio ha organizado su verbena particular con diferentes actos según marca su tradición. La cita será al ponerse el sol.

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El movimiento de gente será una constante durante la noche más corta del año. Por eso el metro, el tranvía y los ferrocarriles funcionarán de manera ininterrumpida desde las cinco de la mañana del sábado 23 hasta la medianoche del domingo 24.

Todo esto hace que esta fecha esté marcada en rojo en el calendario de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra. Ambos cuerpos policiales desplegarán un dispositivo de seguridad especial con más agentes que patrullarán por las playas y el centro de la ciudad. En las carreteras catalanas la policía autonómica dispondrá de más de 1.000 agentes para establecer 280 controles de alcoholemia, 174 puntos de control de uso de casco y cinturón y 126 de control de velocidad durante el fin de semana. El Servicio Catalán de Tráfico calcula que la verbena de Sant Joan movilizará 520.000 vehículos, sobre todo en el Área Metropolitana.

La fiesta acabará a las seis de la mañana del domingo, cuando los Mossos tienen orden de desalojar la playa. Acto seguido 175 operarios de limpieza tratarán de dejar la arena y los paseos listos para recibir a los bañistas más madrugadores. Un total de 12 presos que se encuentran en régimen de tercer grado ayudarán en esa labor. El Ayuntamiento no quiere que se repitan las escenas dantescas de todos los años, cuando la luz del día descubre una playa llena de basura. Por eso este año se instalarán más papeleras y lavabos móviles junto al mar.

Estos días las autoridades repiten el mismo el mismo mensaje: prudencia en el uso del material pirotécnico. Más de 1.300 bomberos estarán de guardia durante esta noche. En 2006 realizaron 917 servicios, el triple de lo habitual, han recomendado a quienes vayan a utilizar petardos que no los almacenen en los bolsillos, que no los prendan cuando los tengan en las manos, que no los tiren en las inmediaciones de jardines o zonas forestales y que eviten ponerlos dentro de botellas y ladrillos.

Los médicos, que cada verbena han de atender a personas que han sufrido quemaduras por la explosión de petardos, aconsejan asimismo recogerse el pelo, evitar la ropa confeccionada con fibras sintéticas y optar por la de algodón y, en caso de quemaduras, no intentar arrancar la tela pegada al cuerpo, tapar la zona con una manta y acudir a un centro sanitario. En 2006, 25 menores y 36 adultos sufrieron heridas graves como amputaciones o afectaciones oculares en Cataluña como consecuencia de accidentes pirotécnicos.

La psicosis por la prevención ha llegado hasta las tradicionales cocas de crema y piñones. El Departamento de Salud advierte de que este tipo de pastelería "es un medio óptimo para la supervivencia y multiplicación de microorganismos patógenos", por lo que recomienda respetar las condiciones de higiene.

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