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La mala relación con los hermanos aumenta el riesgo de depresión

Los varones cuyas relaciones con sus hermanos durante la infancia no fueron buenas tienen un riesgo significativamente mayor de padecer depresión de adultos que aquellos que se llevaban mejor, según ha descubierto un estudio. Los investigadores insisten en que sus hallazgos no implican que una mala relación infantil con un hermano provoque depresión, pero dicen que ambas cosas guardan una íntima relación. Asimismo, el hecho de que los padres les criaran bien o mal pareció tener poco efecto en su riesgo de depresión.

"Una mala paternidad puede reflejarse en unas relaciones difíciles con los hermanos", señala Robert J. Waldinger, principal autor del estudio y catedrático adjunto de psiquiatría en Harvard. "Pero una vez que tienes en cuenta la calidad de las relaciones entre hermanos, conocer la de los padres no aporta demasiada información". Los hallazgos, publicados en la edición de junio de The American Journal of Psychiatry, se basan en un análisis de datos de 229 hombres a los que se realizó un seguimiento durante más de tres décadas y que comenzó cuando tenían 18 o 19 años.

Ninguno de los 21 hombres cuyo padre murió cuando eran niños sufrió depresión. El 15% de los sujetos que mantuvieron una mala relación con su madre y el 16% que tenían un historial familiar de depresión padecieron la enfermedad en un momento posterior de su vida. Pero entre los que mantuvieron relaciones difíciles o destructivas con sus hermanos, el 26% sufrió episodios de depresión profunda en su vida adulta.

Este índice de depresión significativamente superior entre este último grupo persistió incluso después de efectuar un control del historial familiar de la enfermedad, lo cual indica que la mala relación con los hermanos no obedecía a una tendencia genética a la depresión, sino que fue un indicador independiente.

Todos eran hombres

"Éste es un estudio realmente importante", señala Myrna M. Weissman, una catedrática de psiquiatría de la Universidad de Columbia que no participó en la investigación. "La única salvedad es que todos eran hombres, y puede que las relaciones entre hermanos guarden más relación con los hombres que con las mujeres".

Los investigadores ofrecieron otros ejemplos sobre cómo interactúan los riesgos. Un hombre cuyos padres le dieron una infancia normal y que carecía de un historial familiar de depresión pero mantuvo una mala relación con un hermano tendría un 9,9% de posibilidades de desarrollar depresión. Pero un hombre similar que mantuviera una buena relación al menos con uno de sus hermanos sólo tendría un 2,3% de posibilidades de caer en una depresión. En un hombre con una experiencia paternal media, un historial familiar de depresión y una relación difícil con sus hermanos, el riesgo alcanza el 30%.

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