La OMC como justificante de las reformas
La Comisión impuso cambios en agricultura antes de su aprobación en la Ronda de Doha
El desarrollo de la Política Agrícola Común en los últimos años, con recortes de ayudas, apoyo a los abandonos de producción y eliminación de los mecanismos de intervención, se justificaba como una respuesta comunitaria de ahorro y ajustes presupuestarios tras la ampliación de la misma a 25 países. Sin embargo, los planteamientos más importantes se trataron de justificar también desde las instituciones comunitarias como una necesidad inaplazable ante las posibles nuevas exigencias en materia de recortes de ayudas internas o apoyo a los mercados que se derivarían de los acuerdos en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en la Ronda de Doha.
Las negociaciones en el seno de la OMC fracasaron hace un año y, en la actualidad no se vislumbra la posibilidad de un acuerdo a pesar de los intentos que se promueven desde terceros países.
Los países del sur de la UE rechazan acuerdos en el seno de la OMC que no contemplen una preferencia para los productos comunitarios
Desde el sector agrario comunitario y también desde algunos países miembros como España o Francia, se acusó en su día a las autoridades comunitarias de poner en marcha procesos de reformas de la OCM (Organización Común de Mercado) con una serie de exigencias, antes de que las mismas fueran aprobadas en el seno de la OMC. Esta situación se produjo, por ejemplo, en el caso de la modificación del mercado del azúcar, en vigor, que se está traduciendo en la eliminación de parte de las superficies de cultivo, mientras sigue pendiente el compromiso en la OMC.
En esa misma línea, a las autoridades comunitarias se les acusa de haber puesto sobre la mesa en el seno de la OMC propuestas en materia de apertura de fronteras a las importaciones más allá de las posibilidades para asumir las mismas por el sector agrario comunitario. Con la estrategia de la comisaria Mariann Fischer, desde el sector se estima que, no solamente se desmantelaría la PAC, sino que se desarmaría el sector frente a los intereses de terceros países.
Frente a lo que puede ser la fase definitiva en las negociaciones en el seno de la OMC para lograr algún acuerdo sobre liberalización de mercados y recorte de ayudas internas, desde el nuevo Gobierno francés, con apoyo español, ya se ha advertido a Bruselas sobre su decisión de no aceptar compromisos que no contemplen la preferencia comunitaria.
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