Hereu estrena gobierno bajo el síndrome de la minoría y se compromete a buscar pactos
La oposición, en bloque, exige una nueva forma de ejercer la política en Barcelona
Acuerdos, pactos, complicidad. Palabras que ayer fueron repetidas una y otra vez en la constitución del nuevo Ayuntamiento de Barcelona. El socialista Jordi Hereu tomó posesión como alcalde de la capital catalana bajo el síndrome del gobierno en minoría que liderará de la mano de la ecosocialista Imma Mayol (ICV-EUiA). De ahí que ambos insistieran en que el mandato se caracterizará por la búsqueda del pacto. Preferentemente con su ex socio, el republicano Jordi Portabella. Tanto éste como sus nuevos compañeros de oposición, CiU y PP, reiteraron que el acuerdo será una "exigencia".
La disposición de los concejales de ayer en el Saló de Cent en la toma de posesión no reflejaba los cambios y Jordi Portabella y los otros tres ediles de ERC se sentaron junto a sus antiguos socios de PSC e ICV-EUiA. Sí se notó la diferencia en otros detalles, como la entrada y salida del Saló de Cent con Hereu y Mayol caminando juntos y un paso detrás los presidentes de los otros grupos municipales: Portabella, Xavier Trias y Alberto Fernández.
Política de gestos y de discursos que ayer evidenció que la preferencia del nuevo bipartito que gobernará la ciudad en los próximos cuatro años será la de buscar apoyo en los republicanos. "Esta ciudad necesita mucha política y diálogo con las fuerzas políticas, sobre todo con Esquerra, con quienes hemos compartido muchas cosas. Tiene que ser el mandato de la política, el diálogo y el liderazgo", resumió Mayol después de hacer una lectura crítica de los resultados electorales: "casi me preocupa más la alta abstención que la pérdida de votos que hemos sufrido".
Al gobierno en minoría se refirió expresamente Hereu: "Considero que puede ser una gran oportunidad para recuperar la política como instrumento de acuerdos. Eso es lo que los ciudadanos esperan de nosotros". Acto seguido apeló al "talante" barcelonés que "siempre suma voluntades para avanzar en los asuntos importantes".
Gobierno en minoría, pero gobierno, reivindicó Carles Martí, en nombre del grupo socialista: "Las urnas han dicho punto y aparte. Nos exigen un cambio de párrafo, pero no han aceptado su cambio, señor Trias" [en referencia a Xavier Trias, presidente del grupo municipal de CiU].
Ese punto y aparte a que se refería Martí se concreta en una nueva etapa con políticas más sociales y de proximidad más que de proyección exterior. Desarrollo económico, sostenibilidad, cohesión social, proximidad y buena convivencia son los conceptos que se desgranan en el acuerdo de gobierno alcanzado entre socialistas e ICV, y a los que ayer se refirieron en la toma de posesión.
Portabella quiso medir bien sus palabras en cuanto al ofrecimiento de pactos y acuerdos que le lanzaron sus ex socios: "En este nuevo periodo se deberá dialogar como método de hacer política. No nos opondremos a todo. Colaboraremos para que la ciudad siga adelante. Nuestra oposición será constructiva, pero coherente con nuestras ideas". Y en ese tira y afloja, Portabella abogó por que Barcelona no tenga ningún tipo de "tutores ni tutelas" en aspectos que le son vitales, como las infraestructuras.
CiU y PP fueron más escépticos respecto al compromiso del bipartito de buscar pactos y acuerdos. Después de decir algo así como que no tienen otro remedio, Trias le recordó a Hereu que en esta ocasión la oposición puede directamente hacer la política de ciudad por razones aritméticas. CiU tiene 12 ediles, 7 el PP y 4 ERC, con lo que la oposición suma 23 ediles frente a los 18 del gobierno en minoría.
El líder del Partido Popular, Alberto Fernández Díaz, concretó que si el nuevo gobierno quiere caminar tendrá que llegar a múltiples acuerdos. Por ejemplo, integrar a la oposición en la gestión diaria del Consistorio, empezando por las comisiones de plenario y acabando con las empresas.
Después de los discursos y con el bastón de mando en la mano, Jordi Hereu y todo el Consistorio hicieron el tradicional paseíllo a traves de la plaza de Sant Jaume hasta el Palau de la Generalitat. Hubo aplausos, pero también algún pitido de un pequeño grupo de miembros de la Plataforma AVE por el litoral y representantes de un colectivo antitaurino, informa Jaume Bauzá.
Ya en el palacio de la Generalitat y tras la tradicional foto de familia en el Pati dels Tarongers, el presidente José Montilla abogó "cultivar y fortalecer" la relación entre Ayuntamiento y Generalitat: "Trabajaremos codo a codo a ambos lados de la plaza", afirmó.
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