Los Clinton venden sus acciones
El matrimonio, que posee una fortuna de hasta 38 millones, liquida todos sus valores en Bolsa para evitar conflictos ante las elecciones
El matrimonio Clinton ha vendido varios millones de dólares que poseían en múltiples y diversas acciones, desde grandes almacenes hasta el Grupo Televisa de México, para evitar que su actividad financiera, muy exitosa desde que salieron de la Casa Blanca, pueda convertirse en un obstáculo en la carrera de Hillary Clinton hacia la presidencia de Estados Unidos.
Los detalles de la venta, algunos de los cuales fueron revelados por la propia campaña de Clinton a medios de comunicación norteamericanos, fueron comunicados ayer a la Comisión Electoral Federal y a la Oficina de Ética Gubernamental, los organismos oficiales responsables en estas materias.
Según los documentos, los Clinton cuentan en estos momentos, entre las acciones vendidas y otros ingresos, con una fortuna que oscila entre 10 y 50 millones de dólares (entre 7,5 y 38 millones de euros). Esta fluctuación obedece al margen amplio con el que se facilitan al público las finanzas de los políticos para mantener, dentro de lo posible, su privacidad. Así, se ha informado de que la venta de las acciones le reportó al famoso matrimonio unas ganancias de entre 5 y 25 millones de dólares (entre 3,7 y 18 millones de euros).
La candidata a la presidencia es más rica que sus contrincantes Giuliani y Edwards
Esas inversiones estaban en lo que se conoce aquí como un fideicomiso ciego (blind trust, en inglés), mecanismo por el que se deja la gestión de la inversión en manos de una entidad especializada -en el caso de los Clinton, Citigroup-, sin que el propietario sepa en qué valores está siendo invertido su dinero.
De esta manera, se trata, en principio, de evitar que el inversor influyente pueda actuar a favor de sus valores, creando un conflicto de intereses. Por tanto, el dinero de los Clinton estaba siendo invertido sin su conocimiento en acciones que podrían haber constituido algún tipo de contradicción con el mensaje político que Hillary Clinton transmite en su campaña. Acciones, por ejemplo, de compañías farmacéuticas, generalmente contrarias a la reforma del sistema de salud, empresas petroleras, reacias a las medidas contra el cambio climático, o en medios de comunicación abiertamente partidarios de los candidatos demócratas, como News Corporation, del magnate australiano Rupert Murdoch.
Los Clinton abrieron ese fondo ciego en 1993, cuando el patrimonio máximo estimado de la pareja era de poco más de millón y medio de dólares. Después de varios años de extraordinario rendimiento, el pasado mes de abril Hillary Clinton recibió una notificación de la Oficina de Ética Gubernamental en la que se le pedía liquidar ese fideicomiso y trasladar sus inversiones a otros instrumentos más transparentes, cosa que la candidata ha hecho dentro del plazo legal.
Según la explicación de sus portavoces, Hillary Clinton decidió no trasladar esa inversión a otras acciones, sino ingresarlo en cuentas corrientes y de ahorro, con el propósito de extremar las precauciones sobre un asunto tan delicado.
El matrimonio Clinton ya se vio envuelto durante su presidencia en un conflicto sobre el manejo de sus inversiones, el conocido caso Whitewater, aunque después no resultó en ningún tipo de actuación legal contra ellos. Al mismo tiempo, los millonarios ingresos que Bill Clinton está haciendo con charlas y libros desde que dejó la presidencia es permanentemente motivo de crítica y sospecha por parte de algunos medios de comunicación, así como un blanco fácil para sus rivales políticos.
Hillary Clinton es ya una de las candidatas presidenciales más ricas, por encima de Rudolph Giuliani o John Edwards, que declaran un patrimonio de 30 millones de dólares (22 millones de euros), pero muy lejos todavía de Mitt Romney, cuya fortuna oscila entre 200 y 250 millones de dólares.
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