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Reportaje:

La cucaracha de Pavlov

Científicos japoneses comprueban en insectos el método de aprendizaje del perro y la campanilla

Como los perros y las personas, las cucarachas también salivan cuando esperan, tras un entrenamiento, que a un estímulo determinado le suceda la presencia de un alimento. El condicionamiento clásico o reflejo condicionado, que el científico ruso Ivan Pavlov demostró hace un siglo con perros en un experimento que también se convirtió rápidamente en clásico, sucede igualmente en los insectos, según han demostrado unos científicos japoneses. Es la primera vez que el efecto de este complejo mecanismo neuronal, todavía no aclarado, se comprueba en seres vivos que no sean perros o personas.

La salivación ante la expectativa de comer es una respuesta fisiológica importante que se da tanto en vertebrados como en invertebrados y que facilita la digestión, recuerdan Hidhiro Watanabe y Makoto Mizunami en su informe, publicado en la revista PLOS one. Como el perro de Pavlov, que asociaba el sonido de una campanilla a la comida y salivaba aunque ésta no llegara, las cucarachas entrenadas por los científicos llegaron a asociar un olor (de menta o vainilla, según los distintos experimentos) con un líquido dulce (una solución de sacarosa) y su nivel de salivación aumentó con solo olerlo. El efecto duró un día tras el entrenamiento, como comprobaron los investigadores, que montaron un complejo dispositivo para medir la producción de saliva.

"Es la primera prueba de un control neuronal complejo de una función autónoma en insectos", señalan los investigadores, quienes creen que su experimento indica que las cucarachas pueden resultar ser unos buenos modelos animales para estudiar la participación individual de las células nerviosas en el fenómeno del condicionamiento.

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