El Museo Naval de San Sebastián revisita toda la historia marítima de la ciudad
El viaje transcurre entre la época romana y la actualidad a través de paneles y 170 piezas
Después de tres meses cerrado por reformas, el Museo Naval donostiarra reabrió ayer sus puertas con San Sebastián, ciudad marítima, una exposición que recorre los vínculos de la capital guipuzcoana con el mar a lo largo de toda su historia, desde la época romana hasta nuestros días. Para hacer este viaje en el tiempo, la muestra combina paneles informativos, audiovisuales, autoguías y alrededor de 170 piezas, muchas de ellas nunca antes expuestas. El material, de "gran valor histórico y artístico", procede del propio museo, otros centros y colecciones particulares.
El Museo Naval (um.gipuzkoakultura.net), ubicado en el muelle donostiarra, se inauguró hace ya 16 años, pero hasta ahora nunca había organizado una muestra específica sobre la capital guipuzcoana. "Era una deuda que teníamos pendiente", reconoció ayer su codirector, José María Unsain.
San Sebastián, ciudad marítima, que permanecerá abierta casi un año, hasta el 28 de mayo de 2008, supone además el punto de partida de la nueva etapa del centro, dependiente de la Diputación. Sus dos plantas principales, destinadas hasta ahora a una exposición permanente, acogerán muestras temporales de temas monográficos.
La relación de San Sebastián con el mar es el primer asunto elegido. La ciudad reforzó su perfil de plaza turística a finales del siglo XIX, lo que restó protagonismo a un pasado estrechamente ligado al transporte y al comercio marítimo, la pesca, la caza de la ballena, la construcción naval y la actividad corsaria. La pesquería, en cualquier caso, ha pervivido hasta nuestros días, aunque no sin dificultades. El museo recupera toda esta historia, "desconocida en gran medida por los propios donostiarras", resaltó Unsain.
La exposición se remonta al siglo I de nuestra era para recordar que naves romanas llegaron hasta la bahía donostiarra, según constatan los vestigios hallados en el subsuelo del cercano convento de Santa Teresa.
La muestra repasa luego algunos de los hitos de la gran actividad marítima que se desarrolló en la ciudad desde la época medieval hasta el siglo XIX, no sin antes aclarar que el espacio portuario donostiarra estaba entonces integrado por la bahía, el puerto de Santa Catalina, en la desembocadura del río Urumea, y Pasajes.
Los visitantes podrán corroborar, o descubrir, que con la ayuda de los pobladores de origen gascón, San Sebastián fue en tiempos medievales uno de los más destacados puertos comerciales del Golfo de Vizcaya.
Las pesquerías trasatlánticas de ballena y bacalao tuvieron un gran desarrollo en el siglo XVI. Al contar con la base portuaria de Pasajes, la capital guipuzcoana llegó a ser en ese tiempo "el principal enclave ballenero mundial". Este hecho se ilustra con una gran tinaja donde se guardaba el aceite de ballena, descubierta en las excavaciones arqueológicas de La Bretxa. Cerca de ella luce una sangradera, utilizada para desangrar a los cetáceos una vez arponeados. San Sebastián obtuvo el rango de ciudad en el siglo XVII. Se creó entonces además el consulado como agrupación de defensa de los intereses navieros y comerciales.
Corsarios
Esta época queda reflejada en una pieza destacada de la exposición: un óleo anónimo atribuido a Pieter van Meulen que recoge el recibimiento a Felipe III en 1615. El cuadro, de la colección del Real Monasterio de El Escorial, ha sido cedido durante sólo tres meses por "cuestiones de conservación", explicó Unsain.
En el siglo XVII, San Sebastián se convirtió en uno de los principales focos de actividad corsaria del Imperio español. Gracias al préstamo realizado durante seis meses por el Archivo General de Simancas, el público podrá contemplar el diario de navegación del corsario Juan Pedro Cruz de Belefonte, que narra la campaña llevada a cabo en 1762 por la goleta donostiarra La gata, que se enfrentó a buques ingleses, franceses y holandeses. Es el único diario de navegación ilustrado relacionado con el corso existente en España, según precisa la exposición, que se detiene también en la construcción naval y las importantes empresas de ultramar.
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