Una campaña de tráfico injusta
Escribo por indignación y por sentirme agraviada por la última campaña de tráfico. Los carteles luminosos que cruzan la autopista Santiago/A Coruña me sorprendieron ayer con el mensaje "Ni una gota de alcohol de más" y, al lado, un hermoso, visible, logotipo internacional que simboliza a una persona en silla de ruedas.
Me siento aludida, y no conduzco, por ser una persona usuaria de silla de ruedas que cada vez que veía ese logotipo era un motivo de tranquilidad y seguridad, porque significaba que me encontraba en un lugar accesible. Ahora, asociado (¡una vez más!), al accidente, al alcohol, a la desgracia, al "quedarse inválido" por culpa de la bebida y el accidente que puede provocar, me pregunto, mejor, pregunto a los responsables de esa campaña: ¿qué razón les ha llevado a usar este símbolo que para el 10% de la población española representa la accesibilidad del entorno? ¿Qué subyace a esa razón? ¿Son conscientes del prejuicio e involución que para ese 10% supone su uso con otro significado que no sea el de "este lugar es accesible", que es lo mismo que decir "este lugar respeta las características diferentes de funcionamiento del 10% de la población"?
¿No se dan cuenta de lo incongruente que resultan tantos años de dineros públicos gastados en aras de la igualdad por hacer visible ese logotipo, con lo que ello conlleva de dignidad y respeto, y la puesta en marcha de esta campaña? No es incongruente la palabra, es irresponsabilidad, estafa, es todo vale y nada importa en aras de un bien hipotéticamente mayor.
Y al final, si lo que quieren es que conductores y conductoras tiemblen cada vez que se "les aparezca" en autopista este logotipo, que sepan que ese pavor a quedarse "inválido" no es tanto por la lesión en sí, sino por el poco respeto que esta sociedad y sus poderes públicos tienen por los hombres y mujeres que un día, por accidente o por cualquier otra circunstancia, tienen "que funcionar" de forma diferente, haciendo que su vida sea tremendamente injusta y difícil en una sociedad construida y pensada sin nosotros. Eso es lo que hace temblar a muchas personas con diversidad funcional de este país.
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