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Reportaje:

Con las patitas en la arena

Las sesiones al aire libre en Peñíscola arrancan con el divertido '¿Por qué se frotan las patitas?'

"La comedia es una vía de escape necesaria". La frase es de Juan Moya, director del cortometraje Cuestión de química, a concurso en el Festival de Peñíscola, pero podría haberla suscrito cualquiera de los tres centenares de personas que, la noche del miércoles, compartieron la magia de ver ¿Por qué se frotan las patitas? en una pantalla al lado del mar y con el castillo del Papa Luna como espectador privilegiado. "Una experiencia alucinante", cuenta Núria, de 27 años, quien ha venido desde la vecina Benicarló para "disfrutar del buen cine al lado del mar" junto a unos amigos. "Una gozada", corrobora Julián, un jubilado de Cáceres que pasa unos días en Peñíscola y se ha acercado a la playa para gozar del buen cine al aire libre.

Las sesiones nocturnas al aire libre en la 19ª edición del Festival de Cine de Comedia de Peñíscola arrancaron el miércoles, tras dos noches de aplazamiento por culpa del mal tiempo, con la proyección de un filme singular. Estrenada hace siete meses en las salas comerciales, ¿Por qué se frotan las patitas?, de Álvaro Begines, inicia, a partir del 6 de julio, una experiencia casi novedosa en el cine español: su reposición en salas con honores de estreno. "Intentamos rectificar la campaña de lanzamiento, porque pensamos que nos equivocamos y que la película vale la pena", cuenta José Antonio Félez, productor del filme que volverá a las pantallas con un centenar de copias después de haber cosechado sólo 60.000 espectadores en su estreno. Una iniciativa que tiene un precedente ilustre en el cine español: No desearás al vecino de 5º, la mítica cinta del pre-destape español, fue un fracaso inicial en su estreno, pero, tras una reposición, se convirtió, hace más de 30 años, en el filme español con mayor taquilla de la historia.

La primera prueba para conquistar el difícil mercado español la pasó ¿Por qué se frotan las patitas? la noche del miércoles en Peñíscola. Seleccionada para la sección oficial del festival, la película de Bergines se proyectó junto al mar, para un público ecléctico, formado por veraneantes de fuera de temporada, cinéfilos y jubilados con ganas de pasar el rato, en la Playa Norte de la localidad castellonense. A su término, en la carpa que ha montado la organización del certamen en pleno Paseo Marítimo, actuó el grupo Los Adlánticos, responsable de la música del filme, en una multitudinaria fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

Con la película de Bergines, una comedia musical en la que "cuando sales de verla estás feliz y optimista", en palabras de su protagonista, el actor Raúl Arévalo, enfila su recta final un festival marcado por la rigurosidad de las proyecciones y la calidad de una sección oficial en la que las películas participantes han resaltado el buen nivel del cine de comedia que se hace en nuestro país actualmente.

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