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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Isabel de Pomés, actriz

Actuó en medio centenar de películas con su "suave belleza" para la comedia española de mitad del siglo pasado

Isabel de Pomés fue muy popular en el cine español de los años cuarenta, especialmente gracias a títulos como Huella de luz (1942), comedia social de Rafael Gil, cuyo reparto estelar compartió con Antonio Casal, con quien volvería a coincidir en La torre de los siete jorobados (1944), de Edgar Neville, y en la popularísima Botón de ancla (1948), de Ramón Torrado, película que creó secuelas.

Retirada del cine a mediados de los años sesenta tras haber intervenido en unas cincuenta películas, Isabel de Pomés dejó su huella en algunos títulos de gran éxito comercial, interpretando a la madre de Marcelino, pan y vino (Ladislao Vajda, 1956), o a la esposa de Ramón y Cajal en Salto a la gloria (León Klimovsky, 1959), por la que Adolfo Marsillach obtuvo varios premios.

Era hija del actor, dibujante, deportista y director Félix de Pomés, una de las estrellas más solicitadas en Europa y Hollywood durante los primeros tiempos del cine sonoro, y de fértil carrera hasta su muerte, en 1969. Isabel trabajó con él en varias ocasiones (Vidas cruzadas, 1942, la mencionada La torre de los siete jorobados, El centauro, 1948, El correo del rey, 1951), y especialmente en las dos películas dirigidas por su padre, Pilar Guerra y La madre guapa, ambas de 1941.

Se decía de ella que era de "una suave belleza" apta para la comedia amable, aunque en su filmografía destacan también títulos de corte dramático, como La sirena negra (1947), del siempre sorprendente Carlos Serrano de Osma, la inclasificable Vida en sombras (1948), película maldita de Lorenzo Llobet Gracia, valorada años después por la crítica joven, o La ley del mar (1952), cuyo director, Miguel Iglesias, recuerda ahora que la actriz recibió por esta película una oferta de la productora Universal para rodar en Estados Unidos, oferta que ella declinó, prefiriendo seguir rodando en Barcelona y Madrid, al margen de fastos internacionales. Intervino entonces en El alcalde de Zalamea, Viento del norte, Amanecer en Puerta Oscura, La noche y el alba, Un ángel pasó por Brooklyn, Ama Rosa, Historia de una noche... algunas de las cuales siguen contando entre las películas más notables del cine español de los últimos años cincuenta. En todas ellas Isabel de Pomés actuó con modestia, sin estridencias, acaparando la cámara con su bello rostro y su forma de hacer fresca y espontánea.

Isabel de Pomés, con Antonio Casal, en una escena de <i>Huella de luz.</i>
Isabel de Pomés, con Antonio Casal, en una escena de Huella de luz.

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