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Aznar y Havel reclaman a la UE mayor dureza con el régimen cubano

La conferencia de Praga sobre disidentes pide el fin de la neutralidad ante las dictaduras

José María Aznar y el ex presidente checo Václav Havel pidieron ayer a la Unión Europea firmeza e intransigencia democrática con el régimen cubano, a pocos días de que la Unión reconsidere su posición común ante La Habana. El llamamiento se hizo en la clausura de la primera conferencia internacional sobre disidentes, que concluyó con el Documento de Praga, que reclama a la comunidad internacional el fin de la política de apaciguamiento y la movilización contra los Gobiernos que violan los derechos humanos.

"Hay una política de apaciguamiento" de la UE con respecto a Cuba, dijo el ex presidente y ex disidente checo. "Esta conferencia debe enviar un mensaje a sus líderes: ése no es el camino". Las palabras fueron refrendadas por aplausos de la sala y Aznar retomó el hilo. Tras recordar la posición común de 1996 que él inspiró, por la que la Unión se plantó diplomáticamente ante el castrismo, resumida ayer por Aznar en "nada en Cuba sin disidentes", el ex presidente del Gobierno español hizo notar el cambio introducido en la política comunitaria con la llegada al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero: "Ahora se trata de todo en Cuba sin disidentes".

La Unión debe pronunciarse a mediados de mes sobre la estrategia que hay que seguir ante La Habana, con intensa movilización de los grupos conservadores del Parlamento Europeo a favor de la dureza. La posición común se adopta por unanimidad sobre un documento pactado con la presidencia alemana. Berlín no quiere crearse problemas adicionales a su complicada agenda al final de la presidencia, volcada en sacar adelante el relevo al fallido tratado constitucional, y España mantiene que el diálogo es el mejor instrumento para tratar con el castrismo.

La transigencia, el apaciguamiento y la neutralidad con las dictaduras, con cita de Dante incluida, fueron los grandes caballos de la conferencia de dos días sobre la disidencia que ayer concluyó en Praga y que el día anterior tuvo como invitado estelar a George Bush. "Estoy contra el apaciguamiento, en política en general, en la lucha contra el terrorismo y en lo relacionado con los derechos humanos y los disidentes", señaló Aznar, coorganizador de la conferencia junto a Havel y el ex disidente soviético y ex ministro israelí Natan Sharanski.

Además de referirse a Cuba, Aznar apuntó que "ser un luchador por la libertad es luchar contra el terrorismo en todo el mundo", lo que incluye al País Vasco, "donde cada día hay gente que lucha por la libertad y por una democracia limpia".

Testimonios

En la conferencia se escucharon ayer testimonios de ocho disidentes, en sentido amplio, entre los que se incluían desde un antiguo banquero palestino a un ex diputado boliviano, pasando por familiares o amigos de presos políticos en Libia o Cuba o un joven escritor iraní.

El congreso concluyó con la emisión del Documento de Praga, que considera que "la protección de los derechos humanos es vital para la paz y la seguridad internacionales" y llama a la comunidad internacional a exigir la liberación de los presos políticos y a presionar "por medios pacíficos, diplomáticos y económicos sobre aquellos Gobiernos y grupos que violen los derechos humanos", que deben ser aislados y excluidos, así como a proporcionar incentivos por los mismos medios "a quienes quieran mejorar el respeto a los derechos humanos en su país y subirse al barco de la democracia".

Varios de los disidentes se refirieron a la necesidad de recibir apoyo económico para sus actividades y los reunidos se plantearon la necesidad de continuar el proceso abierto en Praga, a lo que se comprometió personalmente Aznar con su Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) y la idea de crear un observatorio para el seguimiento de la situación de los disidentes en todo el mundo.

José María Aznar (cuarto por la derecha) y el ex presidente checo Václav Havel (cuarto por la izquierda), con otros asistentes a la conferencia de Praga.
José María Aznar (cuarto por la derecha) y el ex presidente checo Václav Havel (cuarto por la izquierda), con otros asistentes a la conferencia de Praga.EFE

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