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La situación tras las elecciones

El PSOE acepta gobernar con Rosa Aguilar, pero rechaza dirigir Urbanismo

Los socialistas formarán parte del gobierno municipal de Córdoba pese a los recelos internos

Manuel Planelles

¿Apoyos puntuales o gobierno conjunto? Ésta era la duda de los socialistas cordobeses después de aceptar que tendrán que respaldar a Rosa Aguilar (IU) para que siga como alcaldesa. José Antonio Ruiz Almenara, secretario provincial del PSOE, reconoció ayer que "lo razonable" es un entrar en el gobierno de Córdoba, pese a los recelos en las filas socialistas. Ahora queda por saber qué áreas ocupará el PSOE en el Ayuntamiento. Los socialistas tienen reticencias a volver a hacerse cargo del área de Urbanismo, centro de la polémica durante el último mandato de Aguilar.

Después del acuerdo alcanzado entre las direcciones regionales del PSOE e IU para apoyarse en los municipios de Andalucía, los responsables provinciales de las dos formaciones en Córdoba dedicaron el día de ayer a avanzar en los futuros pactos. Por la mañana se reunieron las direcciones de los dos partidos. Por la tarde, los candidatos en la capital: Rosa Aguilar (IU) y Rafael Blanco (PSOE). Y, de estos primeros encuentros, dos asuntos quedaron claros.

En el ámbito provincial IU apoyará al PSOE en 19 municipios en los que los socialistas no tienen la mayoría absoluta. A cambio, el PSOE hará lo mismo en otros cuatro pueblos en los que la coalición los necesita. La forma que adoptarán estos acuerdos se decidirá en cada localidad.

Respecto a la capital, quedó claro que el PSOE formará gobierno con Rosa Aguilar, como reconoció Almenara, pese a las reticencias que tenía su partido por el miedo a ser fagocitados.

Las elecciones municipales en Córdoba capital dejaron un ajustado panorama político. El PP (14 ediles) se quedó a sólo un concejal de la mayoría absoluta. IU bajó hasta los 11 munícipes y el PSOE se estancó en cuatro, con lo que estas dos formaciones alcanzan la mayoría absoluta.

El enfrentamiento entre la coalición y los socialistas los últimos cuatro años de mandato de Aguilar ha sido constante. Pero, tras los resultados, las dos formaciones estaban condenadas a entenderse y pactar.

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La duda que quedaba por despejar era qué forma tomará ese acuerdo. Ambas formaciones ya han probado las dos fórmulas posibles. Gobernaron en coalición entre 1999 y 2003. Entre 2003 y 2007 lo han hecho con un pacto de gobernabilidad, que en la práctica se ha traducido en que el PSOE sólo ayudaba a que se aprobaran las cuentas municipales.

Aguilar prefería que se reeditara la fórmula de 1999, con lo que se podría eliminar a la voz crítica del PSOE, la más dura de la oposición durante el último mandato. Los socialistas han sopesado las dos opciones y se han tenido que decantar por el cogobierno después de lo acordado por las direcciones regionales. "Estamos ante una realidad distinta a la de hace cuatro años", se justificó ayer Almenara. "En Córdoba capital se pretende un gobierno estable", añadió, porque Aguilar necesitará de los cuatro votos socialistas para poder gobernar el día a día. "Antes con la abstención bastaba, ahora no sirve", remató Almenara.

La siguiente cuestión que deben tratar ahora los dos partidos es qué concejalías ocupará cada uno. A los socialistas no les gusta la idea de hacerse cargo de Urbanismo. Tendrían que hacer frente a muchas cuestiones pendientes y peliagudas como las urbanizaciones ilegales de Medina Azahara; las sanciones paralizadas al constructor Rafael Gómez, imputado en la operación Malaya; las previsibles expropiaciones para la ampliación del aeropuerto... Y los antecedentes, recuerda el PSOE, no son buenos.

Parcelistas

Entre 1999 y 2003 Rafael Mellado (PSOE) ocupó Urbanismo. Intentó plantarle cara a los parcelistas cerrando incluso algunas urbanizaciones en ciernes. Salió escaldado. Y agredido por algunos de estos dueños de parcelas.

También cabe la posibilidad de que Urbanismo se divida y puedan aparecer nuevos repartos. Pero lo que realmente atrae al PSOE, según fuentes socialistas, es encargarse de servicios sociales o de la política cultural. Cultura es la perita en dulce. O debería serlo durante los próximos cuatro años. Es un área poco conflictiva que durante este mandato cobrará protagonismo ya que Córdoba aspira a convertirse en capital cultural de Europa en 2016.

Rosa Aguilar y Rafael Blanco se saludan ayer antes del encuentro que tuvieron en un hotel de Córdoba.
Rosa Aguilar y Rafael Blanco se saludan ayer antes del encuentro que tuvieron en un hotel de Córdoba.F. J. VARGAS

Café con leche y morbo

Rosa Aguilar (IU) y Rafael Blanco (PSOE) escenificaron ayer en un hotel cordobés su nueva amistad. Rodeados de cámaras se tomaron un café. Ella, con leche. Él, cortado y con morbo. El lunes después de las elecciones Blanco dijo que esperaba "con morbo" la llamada que tendría que hacerle Aguilar para que le diera su apoyo para seguir como alcaldesa.

La semana pasada llegó esa llamada y ayer se lanzó definitivamente el acuerdo entre IU y PSOE en Córdoba con un simbólico café que duró 30 minutos. Tras ese encuentro los dos hablaron con los periodistas. Las posiciones quedaron fijadas.

Aguilar apostó abiertamente por un "gobierno conjunto". Blanco no se quiso pronunciar, aunque era consciente de que el secretario provincial del PSOE, José Antonio Ruiz Almenara, ya dejó claro por la mañana que la única fórmula posible es ese gobierno de coalición.

Desde el domingo 27 de mayo, Blanco ha mantenido una posición de fuerza. Al menos, en sus declaraciones contra Aguilar. "El último gobierno ha demostrado insuficiencias en materia de empleo, cultura, tráfico o suelo industrial", dijo el candidato socialista. Incluso acusó a la regidora de realizar una "política populista". Aguilar y su partido no han respondido públicamente a Blanco, ya que saben que necesitan de los votos de los cuatro concejales socialistas para seguir en el poder. "Éste es el inicio de una gran relación", dijo ayer Blanco en un tono conciliador tras la cita con Aguilar.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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