Caballero anuncia un pacto "modélico" en Vigo entre el PSOE y el BNG

En Vigo no habrá problemas para formalizar un pacto, según reiteraron ayer los candidatos socialista y nacionalista, Abel Caballero y Santiago Domínguez, tras la primera reunión entre ambos candidatos. "Tenemos la ambición de que lo que hagamos en Vigo sea un modelo para el resto de Galicia", afirmó Caballero. Los dos dirigentes esperarán para continuar las reuniones a que concluya la negociación de las direcciones de PSdeG y BNG en Santiago. Domínguez únicamente supedita el acuerdo en Vigo "a que se visualice que somos dos fuerzas distintas".

En este primer encuentro, "francamente agradable", según los dos protagonistas, no tocaron ningún aspecto concreto del futuro pacto. Ni reparto de áreas, ni plan general, ni proyectos portuarios. Ahí apuntan inicialmente sus mayores diferencias y el gran reto que ambos habrán de superar para alcanzar el acuerdo que permita el "gobierno sólido y estable" que prometen. Pero ni Caballero ni Domínguez quisieron entrar, ni por asomo, a comentarlos ante los periodistas.

La hora larga que permanecieron reunidos a solas en un céntrico hotel de la ciudad ha servido, según dijeron, para ir estableciendo unas pautas de confianza que les permitan avanzar luego en los puntos concretos del acuerdo. "La confianza hay que ganarla", precisó Domínguez, "y esto sólo ha sido el comienzo. No dudo de que podamos entendernos, pero tendremos que ir conociéndonos, que cada uno pueda entender la posición del otro, para de ese modo poder encontrar respuestas comunes a los problemas dentro de un mismo clima de confianza".

No hay condiciones previas por parte de ninguno. Sólo ese detalle, requerido por Domínguez, de esperar a que concluyan las negociaciones que las direcciones de ambas fuerzas mantienen en Santiago. Este acuerdo marco, según Caballero, será inminente, "hoy o mañana", dijo. Pero Domínguez prefiere esperar porque, "si no hay pacto en Santiago, no habrá negociación en Vigo", aunque en cualquier caso el BNG garantiza la investidura de Caballero.

Independientemente del acuerdo marco, "tenemos la ambición de que lo que hagamos en Vigo sea un modelo para el resto de Galicia", añadió el candidato socialista. Los dos declaran haber aprendido de los errores anteriores, esto es, del fracaso del acuerdo entre ambas fuerzas que entregó el gobierno al PP en el actual mandato. "Tenemos una gran responsabilidad y no vamos a fallar", insistieron. Lo consideran una segunda oportunidad que les dan los ciudadanos en un contexto "radicalmente distinto": por las personas que formarán el gobierno y por el momento que se vive en Vigo como en Galicia.

Diálogo con Porro

El objetivo es conseguir la confluencia desde proyectos políticos distintos en un proyecto conjunto, según resumió el candidato socialista, "y la reunión ha servido para ir creando el clima necesario". Pero en esa confluencia, según insistió el nacionalista, debe mantenerse la diferencia: "Queremos que se visualice que somos dos fuerzas distintas".

Domínguez indicó, por otra parte, que acudirá a una entrevista con Corina Porro, para escuchar y sin la menor intención de responder a sus guiños de pacto. "Estuvo toda la campaña reclamando la mayoría absoluta y, como no se la han dado, es cuando pide negociar", afirmó el candidato nacionalista. "Nosotros apostamos desde el principio por una mayoría socialista y nacionalista y seremos consecuentes".

El portavoz popular, José Manuel Figueroa, glosó ayer los resultados electorales como un éxito sin precedentes que debería permitir la continuidad del gobierno de Corina Porro en Vigo. En su opinión, el pacto entre socialistas y nacionalistas "ya está hecho" y las negociaciones entre ambos son "mera escenificación" para distraer "los engaños al electorado". "Alguno de los dos engañará a los ciudadanos", afirmó Figueroa, señalando las divergencias "radicales" de ambos en torno al plan general. "Si llegan a un acuerdo es porque uno de los dos cede en sus posiciones, y entonces no cumplirá con sus compromisos", explicó.

El PP defenderá el plan aprobado en mayo de 2006. A Figueroa le parece "injusto" que no gobierne Porro, quien deja, según él, una "magnífica herencia". Los populares se aprestan a realizar una oposición "seria, responsable y rigurosa".