"Nos han sacado una tarjeta amarilla"

Rosa Aguilar (IU), alcaldesa de Córdoba los últimos ocho años, ha perdido el apoyo de 14.563 cordobeses, con lo que ha pasado de 13 a 11 concejales. Su continuidad como regidora depende de un pacto con el PSOE (cuatro ediles) para arrebatar la alcaldía al PP (14), que se ha quedado a uno de la mayoría absoluta.

Pregunta. ¿Por qué ha perdido tantos votos?

Respuesta. La abstención ha perjudicado de manera determinante a IU. Por una parte, la Feria de la ciudad ha significado que una parte de nuestro electorado no ha ido a votar. Por otra, hay personas que han venido esta semana a hablar con nosotros diciéndonos que creían que estaba todo hecho y ganado y no ha ido a votar. También hay muchos jóvenes que no han ido y es preocupante. Por último, seguro que ha habido una actitud crítica por parte de un sector de la sociedad hacia nosotros, que no ha votado a ninguna otra fuerza pero se ha quedado en casa. Nos han sacado una tarjeta amarilla. Quiero escuchar con mucha atención porque he aprendido la lección.

"No hemos sabido informar a los ciudadanos de los que estábamos haciendo"

"En Izquierda Unida no puede haber 200 voces. Para mí eso es la refundación de IU"

P. ¿Qué errores de gestión han desmovilizado a sus votantes?

R. El gobierno municipal no ha sabido informar adecuadamente a la ciudadanía de lo que se estaba haciendo, de lo que se ha culminado y planificado. No hemos sabido trasladar a la sociedad que, cuando se gobierna con mayoría minoritaria, no se puede hacer todo lo comprometido. Había un sentimiento de que en Córdoba todas las cosas dependían de nosotros. Pero no teníamos mayoría absoluta. Teníamos que negociar. Además, algunas críticas de la oposición han sido un golpeo permanente que ha podido calar en una parte de la ciudadanía. En Córdoba se sabe muy bien que hacemos un urbanismo limpio y decente.

P. ¿No ha culminado algunos grandes proyectos porque no tenía mayoría absoluta?

R. Hay algún proyecto que no ha comenzado en su ejecución porque no había mayoría absoluta. Si la hubiéramos tenido, el acuerdo de, por ejemplo, el Palacio del Sur se habría adoptado y las obras habrían comenzado. Cuando no informas bien de lo que se ha hecho es mucho más fácil para la oposición distorsionar. Eso ha sido un error y pido perdón por ello.

P. ¿Habrá un cambio en la gestión del urbanismo?

R. El gobierno municipal de IU no ha sabido informar bien a la ciudadanía de lo que se estaba haciendo. Eso ha creado una percepción, pero la realidad es que hemos puesto en marcha un PGOU con respaldo social y que va a toda velocidad. El urbanismo de Córdoba ha sido de consenso político. Pero eso no lo sabe el conjunto de la ciudadanía.

P. En su último mandato y en la campaña los roces con la dirección local de IU han sido constantes. ¿Cree que algunos militantes de IU no votaron el domingo por este motivo?

R. Seguro. A nadie le gusta ese escenario. Las organizaciones políticas deben de estar cohesionadas. La pluralidad política que existe en IU debe ser un caudal en positivo y no en negativo. Es un elemento que tenemos que poner encima de la mesa para debatirlo. La sociedad no quiere familias partidarias enfrentadas. Quiere familias que, desde lo que cada una piensa, se avienen y hacen una gestión común. IU tiene que iniciar una nueva etapa y ser una formación con un perfil nítido, cohesionada internamente. Ése es el reto más importante que tiene IU en la etapa inmediata: Aparecer como un proyecto de perfil político propio. Aquí no puede haber 200 voces. Hay temas de Estado en lo que tiene que haber una sola voz. Para mí eso es la refundación de IU. Y eso no está reñido con el diálogo.

P. Ha dado la impresión de compartir muy poco con los dirigentes de IU, ¿se siente cómoda en esta organización?

R. Una cosa es que haya dirigentes de mi organización con los que yo no comparta sus planteamientos, pero el día que yo esté más incómoda que cómoda no estaré en IU. Es cierto que hay dirigentes con los que no comparto algunas cosas de las que plantean, de las que dicen, de las que hacen y como las hacen. Esto pasa en todas las partes. La diferencia es que en mi organización tenemos la libertad suficiente como para poder decirlo y que no te pase nada. En el PP cuando hay una voz discrepante ya sabe que no puede estar en ese partido.

P. ¿Es consciente de la imagen ausente de ideología que proyecta usted en Córdoba?

R. Hay que hacer dos lecturas diferenciadas. La primera, de Rosa Aguilar cuando representa a la institución. Tengo un sentido de la responsabilidad y de la vida política e institucional que aprendí durante la Transición de personas como Adolfo Suárez y otras que pensando radicalmente distinto eran capaces de sentarse en una mesa y hacer algo tan importante como la Constitución. Y ese sentido yo lo he ejercido en mi ciudad. Y luego está la Rosa Aguilar que milita en un proyecto político en el que cree y que tiene desde siempre unas convicciones de izquierdas, con principios y valores a los que no renuncio nunca. El valor de la igualdad, de la solidaridad, de la paz, del diálogo... Creo en eso y lo practico. Eso es ideología. Al final de la campaña yo pedí el voto de los que tuvieran como referente a Adolfo Suárez y se levantó tanto lío... Bueno, ahí está Santiago Carrillo, que se sentó con Suárez...

P. ¿Quizás hubiera sido mejor pedir el voto de los que tienen como referente a Carrillo?

R. ¿Por qué? A ver si Adolfo Suárez va a ser patrimonio de una parte de este país y los demás no podemos hablar de él. Es una figura que quise resaltar como lo contrario de lo que hace el PP. Él en una situación difícil del país sembró diálogo y consenso. Y, ahora, en una situación difícil se siembra tensión y confrontación.

P. Pero Carrillo estará más próximo a usted ideológicamente, ¿no?

R. Pero Suárez fue presidente del Gobierno y llevó hasta sus últimas consecuencias esos principios de diálogo, hasta el punto de que la derecha española lo echó del poder.