Prisiones estudia si envía a De Juana a casa o a la enfermería de la cárcel tras recibir el alta
El preso ha estado tres meses en el hospital recuperándose de las secuelas de su huelga de hambre
El preso de ETA Iñaki de Juana Chaos recibió ayer el alta médica en el hospital Donostia de la capital guipuzcoana, pero Instituciones Penitenciarias no ha modificado aún su régimen de prisión atenuada. Los responsables de prisiones no han decidido aún si, cuando se confirme oficialmente el alta, envían al etarra a su casa o a la enfermería de la cárcel de Martutene, de la que depende. De Juana fue trasladado el 1 de marzo a ese centro hospitalario en régimen de prisión atenuada, concedido por Instituciones Penitenciarias y con el aval del juez de Vigilancia Penitenciaria, ante el riesgo de que se produjera un desenlace fatal por la huelga de hambre que mantenía. Con la prisión atenuada y ya en Euskadi, De Juana abandonó su protesta.
El etarra Iñaki de Juana Chaos seguía anoche en el hospital Donostia bajo protección de agentes de la Ertzaintza (policía vasca) y no había visto modificada su situación de prisión atenuada, según fuentes oficiales.
Instituciones Penitenciarias está valorando si enviar al recluso etarra a su domicilio para cumplir el resto de la pena en casa bajo control telemático o, por el contrario, trasladarle del hospital Donostia a la enfermería de la prisión guipuzcoana de Martutene, de la que depende desde que el 1 de marzo Instituciones Penitenciarias decidiera que cumpliera el resto de su condena (algo más de un año) en régimen de prisión atenuada.
El preso etarra -condenado a tres años de prisión por el Tribunal Supremo por un delito de amenazas no terroristas y enaltecimiento del terrorismo vertidas en dos artículos en el diario Gara- solicitó ayer el alta y el equipo de tres médicos que le atiende accedió a la petición, según han indicado a este periodico varias fuentes. Oficialmente, ninguna institución vasca, ni la Dirección General de Instituciones Penitenciarias confirmaron la situación de alta médica del recluso de la organización terrorista, una información que fue avanzada a mediodía de ayer por Radio Nacional.
La decisión de conceder el alta médida chocaría con las complicaciones que ha tenido De Juana este mes debido a un problema de hemorragías tras la intervención quirúrgica que se le realizó el pasado 15 de mayo por un problema de hemorroides tras los 116 días que pasó en huelga de hambre. Esta operación tuvo complicaciones postoperatorias y De Juana, con fuertes hemorragias, tuvo que pasar por el quirófano dos días después.
La posibilidad de que el ex jefe del comando Madrid de ETA, que actualmente depende del centro penitenciario de Martutene (Guipúzcoa), abandonara ayer mismo el centro hospitalario arremolinó a los medios de comunicación en torno al hospital Donostia, que anoche hacían todavía guardia. Desde Instituciones Penitenciarias aseguraron a este periódico que no se había producido ningún cambio en el régimen penitenciario con el que el preso de ETA cumple actualmente su condena de tres años de prisión por enaltecimiento del terrorismo y amenazas no terroristas.
De Juana, que para entonces corría el riesgo de morir por las lesiones cardíacas que le había ocasionado la huelga de hambre, fue trasladado el pasado 1 de marzo del hospital madrileño 12 de Octubre al Donostia en régimen de prisión atenuada. Ese mismo día abandonó su protesta. El PP consideró entonces la concesión de la prisión atenuada para De Juana, con el aval de la Junta de tratamiento y del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, una nueva cesión del presidente Zapatero a ETA.
Durante estos meses, el caso de Juana se ha mantenido vivo, y ha sido objeto de crítica por el PP primero por las dos salidas del hospital que hizo el 10 y el 17 de abril para visitar a un oftalmólogo y a un homeópata. A este último, el preso se desplazó en el coche de su novia junto a otras dos personas, siempre bajo estrecha vigilancia de la Ertzaintza.
La siguiente polémica fueron los paseos realizados por el exterior del recinto hospitalario, a veces acompañado por su novia, Irati Aranzabal, y siempre protegido por varios ertzainas de paisano. Estos paseos, otra muestra del "trato de favor" al preso y una "humillación" a las víctimas, según denunciaron los dirigentes del PP y la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), estaban prescritos por sus médicos para ir recuperando masa muscular.
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